Geopolítica, liderazgo y la urgencia de diálogo en medio de una pandemia

Han sido semanas complicadas para todos. Y por todos me refiero tanto a nosotros los individuos como desde una perspectiva global; para los países, sus sistemas de salud, sus economías, y sus instituciones. Los estragos que se están desatando a raíz del covid-19 apenas están comenzando. Y es que un virus como cualquier otra amenaza como la proliferación de armas, el reciente fenómeno del “ciberataque” y la crisis ambiental, puede traer efectos devastadores. Principalmente (y esto no es sorpresa para nadie) por la globalización y la interconectividad del mundo. Como dijo Richard N. Haass, diplomático estadounidense. “Una realidad fundamental asociada con la globalización es que poco permanece local en términos de consecuencias. El mundo no debe confundirse con Las Vegas: lo que sucede en algún lugar rara vez permanece allí.” 1 La realidad es que no podemos culpar a un virus o al gran fenómeno de la globalización… son las consecuencias que vivimos por la configuración de este mundo.

Aún con este gran brote, los países no dejan sus intereses de un lado. Incluso con la urgencia de una cooperación integral. Esto se ha visto reflejado con los últimos sucesos en el marco de la OPEP+, en el cual Rusia, Arabia Saudita, EE. UU. y México son los países que han ocupado el papel estelar. Ante el desplome de los precios del petróleo y la necesidad de tomar medidas serias para la oferta de barriles, la OPEP+ mantiene diálogos y se llega a una solución de hacer un recorte de 9.7 millones de barriles diarios. Ante este dramático y no esperado acuerdo, hay que resaltar un par de cosas.

En primer lugar, decir que el problema del petróleo es solamente económico es mirar apenas la punta del iceberg. Este acuerdo fue dramático y laberíntico, en primera instancia, por las tensiones existentes entre Rusia y Arabia Saudita (principales actores en la OPEP). Que desde hace mucho tiempo mantienen una relación de constante competencia y propiamente de una lucha de poderes por la región del Medio Oriente. Ambas naciones mantienen intereses geopolíticos en esta región y estos a grandes rasgos son por el conflicto de la guerra siria, en el cual Arabia Saudita apoya al bloque sunita, a los rebeldes. Y Rusia cuyo apoyo al régimen de Assad, el bloque chiita, es bien conocido. Ahora bien, ¿Qué podemos reflexionar de esto? Que los países incluso ante una emergencia económica y de salud, no abandonan sus intereses. Que la lucha de poderes desconoce pandemias aun cuando la tregua es más que necesaria y que si en la relación con un país hay resentimiento, determina en gran manera sus acciones, propiamente las sanciones económicas, o el señalamiento.

Por otro lado, este acuerdo fue dramático por la respuesta de México ante la petición del recorte de producción de petróleo. La petición inicial contemplaba que el estado mexicano redujera su producción en 400 mil barriles diarios, sin embargo, después de una histórica manifestación se llegó al acuerdo de solo hacer un recorte a 100 mil barriles. ¿Por qué una histórica manifestación? Distintos medios han denominado este acuerdo como una victoria diplomática para México, ya que aun siendo un país miembro de la OPEP (que no queda en duda su participación en asuntos globales) mostró liderazgo e iniciativa en estos asuntos poniendo sobre la mesa los intereses internos del país. En otras palabras, alzó la voz por sus intereses nacionales. Y la verdad, es que podemos reflexionar algunas cosas de este hecho. En primer lugar, que lo asuntos que afectan al mundo, que pueden verse como algo ajeno… afectan directamente al país. En segundo lugar, que México actuó de alguna manera como parteaguas a un conflicto geopolítico y en tercer lugar, que el estado mexicano con esta acción puede retomar liderazgo en la arena internacional (y eso no vendría mal). Ante esta manifestación, las críticas vinieron tan rápido como la velocidad de la luz. Críticas en su mayoría negativas y se podrá pensar lo que quiera, hay muchos matices por ver… sin embargo, no se puede negar que esta manifestación marcó un hito en la carrera diplomática de México y de su liderazgo en asuntos globales.

Los estragos que va dejando la llegada de un nuevo virus empiezan a ser visibles, este es solo uno de los ejemplos. Conviene analizar de cerca las respuestas de los países y ver a profundidad la radiografía del mundo frente al coronavirus. Y por último, analizar y observar lo que pasará con esta decisión y sobre todo, pensar cuál es nuestro rol como estado mexicano en el mundo.

Ref: 1 Richard N. Haass. (2017). World Order 2.0. En a world in Disarray (226). United States: Penguin Press.

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TANIA GARCÍA / El punto medio / San Luis Potosí, S.L.P. / Abril 13 de 2020.

1 Comment

  1. Interesante artículo, buena reflexión sobre lo que hay detrás del tema del virus. Hay que ver que rumbo toman las cosas; a poco más de tres semanas de la petición de Rocío Nahle de no reducir tanto la producción de petróleo, México sigue siendo razón de crítica.

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