México, Bolivia y la incomodidad del asilo político

Antes de todo, ¡Feliz Año Nuevo! Considero que ahora mas que nunca es importante sembrar positivismo en un mundo cada vez más complicado y convulso.

No hay lugar a dudas que 2019 nos dejó con la boca seca… muchas decisiones, divorcios europeos y una Latinoamérica convulsa que debate entre la izquierda y la derecha. La situación democrática boliviana llama la atención por el gobierno golpista de la senadora Añez que “para todos tiene opinión”. Desde la decisión de Cancillería de otorgar asilo político al expresidente Evo Morales que estuvo en el poder por casi 14 años, la presidenta interina de Bolivia ha manifestado desaprobación y crítica en la opinión pública, sin embargo, ha sido hostigamiento a la embajada mexicana en Bolivia, declaración de persona non grata, así como la expulsión de la embajadora María Teresa Mercado por decisión política. Que por supuesto, ha sido un evento con amplia cobertura mediática.

Los actos soeces de hostigamiento, persecución y el trato violento a bienes muebles diplomáticos solo reflejan el nulo cumplimiento por parte del estado boliviano a los estándares de convivencia básica entre diplomáticos impuestos por la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, códigos propios que los diplomáticos por su investidura deben seguir. En cambio, la respuesta por parte del estado mexicano que, pese a las situaciones que México enfrenta en materia de política exterior, específicamente con la relación bilateral México-EE.UU., ha sido acertada y de respeto al Derecho Internacional. El papel del Canciller Ebrard es clave para la resolución de las hostilidades con ese país sudamericano. Si bien, la tradición por parte del estado mexicano de otorgar asilo político ha resultado notoriamente incómodo, que ha sido motivo de tensión política y meramente diplomática; la realidad es que no hay lugar para agresiones, violencia, persecución y descalificaciones. Que no se confunda el asilo político con la injerencia. El primero es un principio fundamental de la política exterior mexicana; habla de respeto a los derechos humanos, de la resolución de conflictos mediante la vía pacífica precisamente sin injerencia en el otro estado. Pues, la no injerencia es también, uno de los principios fundamentales de la PEM proveniente de la doctrina estrada, que omite opinión acerca de la legitimidad de gobiernos extranjeros.

Se podrá o no estar de acuerdo con las acciones del expresidente Morales en Bolivia, se puede pensar que fue un dictador, que hizo brincos constitucionales para permanecer en el poder, todo esto es un asunto de crisis de régimen que le concierne resolver al estado boliviano; sin embargo, la respuesta de la cancillería mexicana de otorgar asilo político no tiene que ser motivo de hostigamiento, discordia ni mucho menos de rompimiento o debilitamiento de una relación entre naciones hermanas.

En las relaciones internacionales existen periodos de tensión política entre estados que complican la convivencia mundial, regional o bilateral; pero para resolver estas tensiones, el apego a la normativa internacional y a los estándares diplomáticos (que son precisamente el manual de resolución), son la vía correcta para dejar atrás las hostilidades y las diferencias que entorpecen una relación entre estados que se construye con arduo esfuerzo.

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TANIA GARCÍA / El punto medio / San Luis Potosí, S.L.P. / Enero 07 de 2020.

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