RENÉ SÁNCHEZ JUÁREZ / Práxis Política / Puebla, Pue.
En la elección presidencial de los Estados Unidos entre demócratas y republicanos, en esta ocasión pudiera ser que la victoria recayera en el ala conservadora de ese país.
La precandidatura republicana de Donald Trump generó burlas entre los analistas y desdén por la pobre propuesta discursiva que presentaba. Hasta que tomó de bandera la migración y xenofobia como uno de los puntos centrales de su propuesta.
En los últimos eventos que el polémico precandidato republicano organizó en Chicago, se enfrentaron simpatizantes a favor y en contra de las propuestas del empresario estadounidense, lo que llevó a la cancelación del evento.
Cientos de años le han costado a los Estados Unidos llegar al momento histórico en el que se encuentran, donde millones de ciudadanos se reconocen como parte de un modelo cosmopolita e integral de una sociedad diversa y liberal.
El país que se ha caracterizado por luchar por las libertades de expresión, credo y asociación, hoy se encuentra en “el ojo del huracán” por las inverosímiles propuestas del precandidato republicano. Entre las que se sobresalen marginar y deportar a todos aquellos que sientan una amenaza al modelo estadounidense.
Lo que Donald Trump ha hecho con el pueblo estadunidense es prender la mecha que durante décadas había tenido apagada. La lucha de líderes históricos de los EEUU como Luther King, Malcolm X y Chávez, es muestra de los derechos civiles en Estados Unidos.
De ganar Donald Trump, poco valdrá lo hecho por los EEUU en la Segunda Guerra Mundial, en la Guerra Fría, la carrera espacial y su guerra en contra del terrorismo cuando tienen en el mismo territorio al que fomenta el odio y la xenofobia día con día.
Quedará en manos de los estadounidenses elegir al próximo líder de los EEUU; sin embargo, tenemos que ver que en el vecino país del norte, la primera minoría hoy son los anglosajones, y quienes se convierten en mayoría son los latinos, afroamericanos y asiáticos quienes definirán al ganador de la elección.
