Cárceles

Las hay de muchas formas,
pero siempre se escuchan gritos,
súplicas, blasfemias.
Los lamentos giran por el aire,
y quiebran la tierra y hunden el sol en los aljibes.
Las hay de vidrio que permiten ver al preso,
y otras de metal que sólo nos permite intuirlo,
pero no pasan desapercibidas para el ojo
y el oído atento.
La ira se cuela por las rendijas,
y el miedo.
A veces te aceptan la llave,
pero en general prefieren seguir presos.
Silvia Martínez Coronel.