Engaños y más engaños

jaime-chalita

Entre la violencia que vive el país y dispensarse o pretextar las culpas hacia atrás, es decir que los anteriores han tenido la culpa del desastre que vivimos, se ha vuelto una práctica muy común para disculpar las incompetencias en la administración pública que, por ahora, no encuadra el camino de recomponer nuestro destino.
México quiere retomar la alegría de vivir, aún en la pobreza de más de la mitad de la población, cansada del sufrimiento que sin necesidad ha sido parte de su vida pública.
Precisamente por esa pobreza existente sin razón en nuestro país, la misma que no deberíamos padecer pues semejante calamidad social nos divide y vulnera, sobre todo en tiempos electorales, mediante los cuales, la limosna “democrática” hace su aparición, para mantener la clientela electoral, asegurando un voto cifrado en la miseria.
Es por ello, la conveniencia de mantenernos así, como un país pobre, soportando la gravedad inconsciente e irónicamente, las cantidades que luego en los medios de comunicación se maneja y que, se desprenden del dinero público en todo México.
San Luis Potosí, tiene lo suyo, la Auditoría Superior del Estado ha pagado 1.4 millones de pesos en los contratos terminados de personas que, producto de la limpieza que ahí se intenta, han quedado fuera del presupuesto público.
¿Quién despediría a una persona eficiente y capas en su trabajo? Y si no es así y existe alguna responsabilidad, ¿Por qué habría que pagarles? No cabe duda que las respuestas existen, pero, estarán muy escondida y solo quienes tienen la información desde el interior saben la realidad y/o la conveniencia de no darlo a saber.
Resultaría incomprensible, cualquiera de las respuestas a las inquietudes que se plantean líneas arriba, es decir, por qué despedir a una persona que es eficiente y dé resultados en su trabajo y, resultados a la población, por un lado, pero por otro, por qué pagarle el daño que ha ocasionado, cualquier empleado, quien debería de servir, en este caso, a la administración pública. Parece que al final la responsabilidad es de nadie, pues en ambos casos se gasta el dinero que no debiera.
Situaciones como estas nos tienen en un atraso que lastima, pues es dinero que va directo a la bolsa de algún particular, mereciéndolo o no, dejando en desventaja, la tan eterna lucha en contra de la pobreza y desde luego la tan mencionada lucha en contra del hambre que, muchos sienten todos los días, pero que también es fundamento para recrudecer los escenarios violentos que vivimos, por cierto indeseables, pues la gente desesperada, muchas veces se despide a delinquir.
Muchas veces lo hemos comentado en los espacios en donde se nos permite expresar nuestro pensamiento, nuestra Patria o, el estado particular al que se pertenece, igual que los municipios, se quieren reinventar cada tres o seis años, haciendo que lo que se había progresado, vuelva por el mismo camino, estancando, con apariencia de un nuevo reinicio. El progreso que debería existir cuando se construye sin colores de partidos, debería dar resultados, pero no es así.
Como en muchos casos y de forma interminable, lo descrito en estas líneas ha sido la historia de éste y muchos otros países, es decir, el mal gasto del dinero ajeno y, culpar a los anteriores, de quienes jamás, con o sin razón, se comenta nada de lo que bueno que se pude hacer. Así nace el nuevo elemento político: “el de atrás tuvo la culpa”.
¿Hasta cuándo dejaremos de sufrir los intereses personales o de grupo? Los mismos que generan sofismas políticos de los que se aprovechan quienes deberían de servir a la vida pública, sin hacerlo, no quieren enfrentar la realidad que nos toca vivir y, más aún, evitan hacerlo.
No se pueden seguir aceptando paradojas increíblemente en el espíritu de dañar en el engaño, del País pobre, cuando cantidades enormes se pagan a quienes no se debería pero, ha sido práctica de siempre. Que incompetencia.
jaimechalita@yahoo.com
@jaimechalita

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