¡Que estén bien!

De la marcha, una amiga me comentó que, a sus más de 70 años, era la primera vez que asistía a una manifestación. Al preguntarle porque lo había hecho, me dijo que, si mañana muriera, el país que iba a entregar a sus nietos no era el que sus padres le habían dejado. Por lo que esperaba que la marcha lograra no solo el objetivo principal, no tocar al INE; sino también que, en el 2024, los votantes reconocieran que era imprescindible un cambio para vivir en un país con crecimiento económico, mayor seguridad, mejores sistemas de salud y de educación, más y mejores oportunidades.

A pesar de que, ciertamente, la jornada la había agotado, se sentía orgullosa de haber participado en un gran acto en la Ciudad de México, que congregó al mosaico multicolor que es la sociedad mexicana. Marchó junto a la señora joven y humilde de hermoso pelo largo “alaciado” y junto a la señorita de edad con “peinado de siglo XX”. Junto al joven de camiseta pegada y estómago de “cuadritos” y al señor mayor de “panza de cervecero”, quienes no negaban su pinta de académicos gay, además de una pareja muy joven, con su bebé en una carriola reciclada.

Con todos los vicios del viejo régimen y la concertación PRI-PAN, ningún mandatario se había atrevido a tocar algo que, en una democracia aun tan imperfecta, nos ha garantizado elecciones confiables, alternancia de gobiernos en municipios, estados, gobierno federal; alternancia en cámaras de diputados, a nivel estatal y federal y de senadores. En adición, nos ha dotado parejo de la útil y conocida credencial de elector.

Alguien dijo que todo ello iba contra “los privilegios” del INE, y no estaría mal si se actúa para reducir retribuciones realmente excesivas (aunque la calidad y la confianza, cuestan), pero estoy en definitiva a favor de que nuestro instituto tenga el privilegio de garantizar la democracia, la alternancia y la paz social. De los sueldos, en lugar de bajárselos a ellos y a otros similares, que nos los aumenten a nosotros.

Muy seguro y sonriente, además de inventar su infantil desfile (contramarcha), el presidente dijo ahora en el tema democrático: ¿Ustedes creen que los votantes se van a alejar de quienes les dan dinero que antes no les llegaba (pues algo hay de eso) y que les proporcionan servicio médico con medicamentos gratuitos (esto es mentira y hoy está más lejos que nunca en este gobierno)? Graves las mentiras y las muertes.

* LA SALUD PÚBLICA ESTÁ peor que nunca y muy por debajo del sistema privado, tanto en lo médico y administrativo, como en la atención personal y el abasto de medicamentos. Miren, ojalá que esto no sea un privilegio sólo para los que puedan pagarlo (caro y mejor), y que siga siéndolo para cada vez más mexicanos.

* EL MUNDIAL EMPIEZA MAÑANA y nunca había yo sentido tan poco interés, quizá porque se lleva a cabo en fechas distintas a las de siempre y más frías para nosotros. La Selección tampoco se ve muy bien ni da para grandes esperanzas, lo que al menos ayudará a que, a diferencia de anteriores ediciones, no se produzcan ilusiones y decepciones tan grandes.

He sido y soy gente de futbol (aficionado, jugador, directivo). Si bien con el tiempo me alejé del degradado futbol de México y ahora disfruto mucho del europeo, sobre todo. Claro, los juegos de México no me los perderé.

En esta competencia los favoritos son Alemania, Francia y Brasil, pero puede meterse España o Inglaterra. ¿Argentina o Bélgica? Recordemos que siempre hay sorpresas, básicamente en las derrotas de poderosos.

* EL DOMINGO DE LA marcha histórica fui internado en un hospital para una operación urgente de la vesícula biliar, aunque la infección resultó mayor a lo esperado y tuve que estar cinco días (en lugar de uno o dos) por las complicaciones derivadas. El cuidado y el tratamiento han tenido que ser intensivos y voy bien ya en casa.

Decidí, así, no enviar artículo esta semana, pero luego me convencieron de que sí lo escribiera. Y ahí va, con cierto esfuerzo.

 

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CARLOS PÉREZ GARCÍA / Opinión / Ciudad de México.