Primero tu y luego ellos

El desafío de ser padre.

No me sorprendería que al leer esta columna te sintieras un poco abrumado y te preguntes por dónde debes comenzar con tus hijos, en mi primera publicación, dije que lo más importante es el corazón, ahora quiero agregar que, lo primero es tu propio corazón, y después el de ellos.

Así como las acciones de tus hijos vienen de sus intenciones y creencias, las acciones que tomas con tus hijos vienen de tu corazón, y de la misma forma que con ellos, en vez de preguntarte “¿Qué estoy haciendo como padre?” tendrías que preguntarte “¿Por qué hago lo que hago como padre?”.

Muchos hombres hacen tantas cosas buenas para su familia con intenciones y creencias equivocadas, muchos dan su vida por el trabajo pensando que más dinero, mejores coches o casa es lo que necesita su familia, pero quizá la creencia de su corazón es miedo al fracaso, ambición, hambre de poder o status, no en realidad la familia.

Muchos hombres no sienten pasión por algo verdaderamente grande. Morirían por ver campeón a su equipo de futbol, por su profesión, están dispuestos a perder literalmente todo por una fantasía sexual, y a otros solo les apasiona su rutina diaria de horas y horas de televisión. Pero les resulta tan pesado solo la idea de apasionarse por Dios, pensar en la oración o en ofrecerse como voluntarios un par de horas los domingos para servir en la iglesia. Todos los hombres somos apasionados, es solo que no todos han conocido lo suficiente de Dios como para apasionarse por Él.

Necesitamos a Jesús en nuestros corazones para que nos ayude a ejercer una paternidad correcta, y necesitamos conocerlo mejor para querer apasionarnos por Él y abrirle el corazón.

Todos los hombres buscamos felicidad, eso motiva nuestros actos, aun cuando hacemos algo por alguien o somos serviciales, lo hacemos por ser reconocidos como serviciales, apreciados, valorados, porque eso nos hace felices. Pascal dijo: “Todos los hombres buscan la felicidad. Ese es el motivo detrás de toda acción, de todo hombre, incluso de los que se ahorcan”.

Cuando hacemos cosas malas, algo anda mal en nuestro corazón, cuando tenemos adicciones, nuestra creencia es que Jesús no es suficiente para satisfacernos, por eso le añadimos dinero, éxito, prestigio o inmoralidad. Muy seguido pensamos que Jesús no es suficiente para hacernos felices, dudamos que pueda darnos gozo, paz y propósito, eso es a lo que la Biblia llama incredulidad.

Cuando nuestros corazones están apartados de Dios, y nuestra satisfacción proviene de cosas que a la larga son destructivas, no podemos ocuparnos del corazón de nuestros hijos correctamente, necesitamos comenzar por nosotros, entregando nuestros corazones a Cristo, arrepintiéndonos de nuestra incredulidad y cambiando nuestra vergüenza por su gracia. Pídele a Jesús que venga a Reinar en tu corazón y busca un lugar donde te enseñen a tener una relación personal con Él. Mi oración es que hagas un alto, que no sigas tratando de cultivar el corazón de tus hijos en tus propias fuerzas, sino que más bien confíes humildemente en Cristo para que te ayude en este desafío de ser padre. Y entonces sí, con mucha intencionalidad, amor por tus hijos y la ayuda de Dios, sin duda dejarás generaciones diferentes detrás de ti.

 

Correo: eldesafiodeserpadre@outlook.com

Podcast: El Desafío de ser Padre (Spotify, Apple Podcast, Anchor y Google Podcast).

ROBERT L. CASTAÑEDA / Desafíos / Torreón, Coah. / Enero 29 de 2020.

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