Vuela hijo, pero no olvides el nido

-El Desafío de ser Padre.

Sin duda una de las partes más emocionantes de esta época de fiestas decembrinas, es recibir la visita de familiares, personas que, por motivos de trabajo, por estudios o para formar una familia, dejaron su ciudad de origen para residir en otra ciudad, país e incluso en otro continente.

Es emocionante luego de un año o de muchos, verles y compartir la cena navideña o de año nuevo, pero sin duda alguna, no fue igual de alegre ni emocionante para los padres de dichos familiares, el día que los vieron partir primera vez, puedo imaginar la nostalgia, incertidumbre e incluso el miedo que pudieron sentir al verles volar del nido.

Los padres que nos encontramos en crianza temprana no sabemos si nuestros hijos en unos años serán esos “familiares que vienen de fuera”, no sabemos si la carrera universitaria que van a elegir se encuentra en este estado o país, si se enamorarán de una persona extranjera o si conseguirán un gran puesto laboral en otra ciudad, por eso, es muy importante que tomemos el desafío de ser padre al prepararlos para esto.

Reflexionemos hoy sobre una de las enseñanzas que más llamó mi atención en los cursos para padres, se llama “Raíces y Alas”.

Nuestros hijos necesitan Alas:

Como padres presentes, proveemos seguridad a nuestros hijos al darles alas de independencia.

Les proveemos alas cuando, desde pequeños, los ayudamos a desarrollar hábitos de comunicación para conectar con la sociedad, por ejemplo, cuando estamos comiendo en un restaurante y hay otros niños en el área de juegos, les animamos a integrarse, preguntar el nombre a los otros chicos y ser amables, les animamos a crear relaciones. Alas también significa ayudarles a descubrir sus dones y talentos, les apoyamos a que entren a practicar su deporte favorito o arte. Alas es seguridad en su independencia, que pueden salir del nido, finalmente alas es ayudarles a entender cómo funciona el mundo, se mentores para ellos, cuando no quieren ir a la escuela por un problema con un amigo o porque el profesor es muy estricto, usamos eso para decirles que, personas así los esperan allá afuera, en la vida, les contamos nuestras experiencias y los guiamos a la reconciliación o a cortar relaciones tóxicas según sea necesario. El punto de esto es que nuestros hijos, deben sentir la libertad de tener alas, que jamás piensen que no son los suficientemente buenos para volar, por esa razón vemos a muchachos de 30 años viviendo con sus padres, piensan que si salen del nido fracasarán, no tienen alas. En muchas culturas existen los llamados “ritos de transición”, los cuales le hacen saber al joven que se ha convertido en un hombre o en una mujer, en nuestra cultura no existe eso pero debería, tú y yo lo podemos implementar en nuestras familias, ¿qué tal si invitas a tu hija de 11 años a cenar? Para esto le compras un vestido y antes de pasar por ella le llevas flores, en medio de la cena le regalas algún dije, un anillo, le dices que es un símbolo de que está pasando de niña a mujer y le explicas cómo funciona el mundo, le adviertes que muchos chicos comenzarán a acercarse y le aconsejas las precauciones que debe tomar. Que tal si llevas a tu hijo de 13 a acampar, le dices claramente que se está convirtiendo en un hombre, le explicas las responsabilidades que eso implica, los peligros que se acercan y como puede salir bien librado de ellos, que tal si hacen juntos un emblema de la familia y prometen preservar el honor de la misma para la próxima generación.

En nuestra cultura nadie les dice a los chicos que han dejado de ser niños, los que hemos tomado el desafío de ser padre debemos hacerlo.

Nuestros hijos necesitan Raíces:

Les damos raíces a nuestros hijos cuando les proveemos seguridad. Básicamente, raíces es cuando en casa les recordamos que son parte de una familia y los hacemos sentir amados, esto sucede cuando desarrollamos los hábitos de padre que reflexionamos hace dos semanas, el de animar, de escuchar, de interesarnos y de ayudarlos a combatir la tristeza. Cuando vuelan es importante que tengan por seguro que tienen un nido al cual descender y descansar sus alas heridas o rotas, incluso si volaron a un lugar que no planeamos para ellos, o en un tiempo en el que para nosotros no era el indicado, ellos necesitan saber que el nido está ahí, para ellos, deben saberse parte de una familia, por eso es bueno que desde pequeños conozcan su historia, su árbol genealógico, eso los ayuda a entender que son parte de algo más grande que ellos mismos, y aporta seguridad a sus corazones que les permitirá enfrentar el mundo de manera correcta.

Conclusión: Nuestros hijos necesitan Alas, pero también raíces. Por muchos años viví en Estados Unidos, puedo entender lo duro que debió ser para mamá desprenderse de mi porque éramos muy unidos, pero llegó mi tiempo de volar, recuerdo cuando le llamaba por teléfono (No había Smart Phones en ese tiempo para video llamar), llamarle era como viajar a casa por un momento, en mi vuelo, había días buenos y días malos, estar lejos del nido es complicado, pero saber que tienes raíces, provee esperanza, tener un padre esperando tu llamada con un corazón lleno de amor sin duda cambia todo el panorama, ayudemos a nuestros hijos a volar y proveamos un nido seguro al cual volver.

eldesafiodeserpadre@outlook.como

@RobertCastane10

ROBERT L CASTAÑEDA / El desafío de ser padre / Torreón, Coah. / Diciembre 25 de 2019.

2 Comments

  1. Wow! Gracias por aportar tanto a mi vida, esta columna se convierte automáticamente en mi favorita 👏🏼. El ejemplo de cómo lidiar con el paso de transformación con tus hijos me parece una excelente día, desde la perspectiva de hija me hubiera gustado que mis Padres en algún punto de mi vida lo hubieran hecho 🙇🏻‍♀️

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