Pandemia: de luna de miel a luna de hiel

Este viernes se cumplen nueve meses de que se declaró la pandemia por la Organización Mundial de la Salud el 11 de marzo del 2020. Como en un embarazo complicado y de alto riesgo no sabemos exactamente cuál será el resultado, pero han pasado tantas cosas que difícilmente la situación podrá ser igual.  Poco antes y durante el período que ha transcurrido del comienzo a estas fechas hemos realizado una serie de reflexiones constantemente sobre el avance de la tal pandemia y del coronavirus sin esperar otra cosa, sino que terminara pronto. De hecho, hay alguna colaboración de su servidor donde hablaba apoyándome en cuestiones de tipo literario, tales como la Divina Comedia o incluso cuando parecía que llegábamos al final del túnel, con el Regreso a Ítaca de Odiseo, diciendo que como ese personaje a nuestro regreso de la Pandemia encontraríamos a Penélope con la diferencia de que las cosas ya no serían iguales, pero estarían bien. Esto en algún momento en que consideramos que estaba ya por terminar la pandemia. No fue así y con independencia de los temas de vacuna y erradicación de la enfermedad faltan por conocerse y sufrirse muchos efectos de esta calamidad mundial. En lo económico ya sabemos cómo la globalización facilita y agrava el contagio de la crisis que cada país enfrenta por cierre de empresas grandes y pequeñas, desempleo, sueldos más reducidos para quién lo tiene, incremento de precios, etc. Pero hay patologías sociales que se acentúan y fenómenos colectivos que habrá que ir paliando. En México hemos sido informados con datos del Consejo Nacional de Población y de la Secretaría de Salud que se espera un excedente de embarazos no previstos para el período de 9 meses que ha transcurrido de un aproximado de 145 mil 719 embarazadas más que las que concibieron en 2019; de éstas, casi 21 mil 575 son menores de 19 años -20% más del acumulado en 2019- ¿De dónde surgen estos datos? Además de la estadística se han calculado en razón de las mujeres que no tuvieron atención suficiente de las Instituciones de Salud para no concebir, siendo que en el registro se quedaron sin atender o interrumpieron los cuidados de salud la cantidad de 1 millón 172 mil 152. Al respecto se asegura que empiezan a proyectarse acciones especificas y adicionales para niñas de 10 a 14 años que resultaron embarazadas por violencia sexual al encontrarse más expuestas al riesgo en el espacio domestico y por los abusos infringidos por familiares y personas cercanas.

Otro asunto preocupante es la depresión, las enfermedades que causa e incluso el suicidio. Según al Revista Digital Disruptiva el suicido es un tema complejo al que se prefiere       -ignorar y muchas veces ocultar- por lo tanto, se vuelve más silencioso dentro y difícil de atender dentro del colectivo. La OMS registra 800 mil personas que cometen suicidio al año lo que significa un suicidio cada 40 segundos. El 79% de suicidas son de países de ingresos bajos y medios y menores de 45 años. Entre jóvenes de 15 y 29 años el suicidio es la segunda causa de muerte sólo después de los accidentes automovilísticos -de los cuales un número interesante podrían derivar de intenciones suicidas-. María Jesús Álvarez de la televisión española apunta “Lo que estamos viviendo ahora se parece mucho a una catástrofe natural. El confinamiento ha sido como un huracán: mientras esta pasando hemos estado unidos apoyándonos. A esta fase se le llama “luna de miel” hemos salido a los balcones, dibujado arcoíris, aplaudido a los sanitarios -personal de salud-. Pero ya ha pasado el huracán y nos damos cuenta que nuestra casa esta destrozada, hemos perdido familiares, nos hemos quedado en paro. Ahora es cuando van a aumentar los problemas y patologías psiquiátricas y por tanto los suicidios. Lucas Giner, psiquiatra y uno de los mayores investigadores del suicidio señala como imposible saber en este momento si se están produciendo ahora más suicidios que antes de COVID 2019. Las Instituciones no publicarán los datos hasta que se recopilen las muertes confirmadas por esta causa en cada país y en todo el mundo. Pero también señala indicios que auguran un grave incremento en este fenómeno por citar alguno esta el consumo de antidepresivos que ha aumentado entre 15 y 20% del 13 de marzo para acá. También se ha incrementado el registro de crisis de ansiedad y estados represivos en un promedio de 50% más desde el comienzo del estado de alarma. Los servicios de salud mental no pueden ser ya el patito feo de los servicios de salud. Son patologías sociales que nos llevarán de la etapa de la luna de miel a la luna de hiel.

PEDRO OLVERA / Retruécanos / San Luis Potosí, S.L.P. / Septiembre 11 de 2020.