Guarda tu palabra hacia tu esposa

¡Guarda tu palabra hacia tu esposa!

El matrimonio no es sólo una promesa hecha a una mujer, es un pacto de sangre. El voto es hecho no sólo a la mujer, sino también a Dios, en la presencia de muchos testigos. Quebrantar este pacto, es causar serio daño al potencial del éxito, Inclusive, hay serias advertencias en las Escrituras por no guardar la promesa del matrimonio.

Ante el altar, el hombre no menciona: “hasta que el divorcio nos separe”, sino que dice: “hasta que la muerte nos separe”.

“Y esta otra vez haréis cubrir el altar de Jehová de lágrimas, de llanto, y de clamor; así que no miraré más a la ofrenda, para aceptarla con gusto de vuestra mano. Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera y la mujer de tu pacto. ¿No hizo él uno, habiendo en él abundancia de espíritu? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia para Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu y no seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud”. (Malaquías 2:13-15).

Después del fracaso moral con Betsabé, el tema principal de la mayoría de los salmos de David fue el de la misericordia y el perdón de Dios.

Uno de los mas grandes recursos que tiene el hombre para el éxito es una esposa amorosa que lo honra y lo respeta.

El honor no es algo que se demanda, es algo que se gana. La mejor manera de ganarlo es recordar las promesas que hiciste en el pasado y tratar de cumplirlas.

Si haz perdido tu “lista de promesas”, no te preocupes, tu esposa la tiene en su mente. Sólo pídele que te recuerde las promesas que le has hecho y no has cumplido y ¡Hazlo hoy!