Que si muy flaca, que si muy gorda, que tiene pompas feas o mucha chichi, o ¿quién se la va a coger?… Esta buenísima.
Esta es una reflexión basada en mi experiencia, porque las circunstancias y luchas son infinitas.
Mi vida, por muchos años estuvo en la mira de nadie y yo esperaba la mira de todxs, buscaba una aprobación errónea; quería ser como ellas, ¿Quiénes? No sé, pero quería ser todo menos yo.
Conceptualicé y adopté la idea de “amor propio” llena cargas y juicios de valor, que desvirtuaban su verdadera esencia: “siempre flaca, siempre guapa, y solo así podré amarme”
Me comprometí a cumplirle a ese universo ficticio, porque… ¿Quién es la sociedad?… ¿Algún hombre? ¿Otra mujer? No tenia nada claro, mas que la idea de entregar mi cuerpo (literalmente) a una construcción de odio y rechazo. Me odie tanto, que procedí a mi destrucción.
No es una historia triste, es una historia de muchas, tan repetida y comprometida con su fin.
Todo cambió, no del todo, porque mi configuración se basa en mi día a día, pero entendí que debía dejar de ser consumo y objeto de otros.
Entendí, que opiniones de mí habría un sinfín, todas de ellas, constituidas bajo el sesgo de miradas, vacíos e historias distintas que hacen “la definición de mí” una historia de ellxs y no mía.
Tengo aprendido el daño que he causado y como he contribuido a esa “sociedad” llena de incomodidades y deseos viciados por el dolor y la falta de empatía.
Por eso, mi historia la cuento yo y a mí, ahí está, entre defectos, virtudes y una vida inacabada, la transparencia de lo que soy.
@espino_joss
JOSS ESPINO / Tu voz mi voz / Junio 3 de 2022