El mejor regalo de navidad

El mejor regalo de navidad

-El desafío de ser padre.

Navidad está a la vuelta de la esquina, los centros comerciales están abarrotados, los estacionamientos al máximo de ocupación, los taxis escasean, las jugueterías se están vaciando, pero, ¿son estas las características que debería tener la navidad, o en algún punto de la historia perdimos el enfoque?

La época navideña está considerada como la temporada del año con mayor índice de depresión, ansiedad y suicidios, ni hablemos de pleitos matrimoniales, es la temporada donde abundan más, ¿Cómo es que en una “noche de paz, noche de amor” se puede producir todos estos sentimientos negativos? Insisto, perdimos el enfoque.

Como padres será importante entender qué es lo más valioso de la navidad para poder enseñárselo a nuestros hijos.

Celebrar navidad es celebrar que Jesús nació como un regalo de Salvación al mundo, por lo tanto, es una época de dar y compartir, es importante aprovechar estas fechas para enseñar a nuestros hijos la alegría de dar, esta celebración puede convertir a nuestros hijos en materialistas o puede ayudarles a entender lo que de verdad importa, eso depende de nosotros.

La vida se trata de personas, no de cosas, es necesario tener el enfoque en eso para tener una vida equilibrada y saludable, nuestros hijos deben saber esto.

Como padres, tendemos a trabajar por las personas que dependen de nosotros, pero luego de un tiempo, nos desenfocamos y terminamos trabajando por cosas, por éxito personal, por acumular más y más posesiones, lo hacíamos por nuestros hijos, y ahora nos reclaman que no tenemos tiempo para ellos.

La navidad nos enseña que la vida se trata de personas, pues vemos a Jesús venir al mundo a rescatar personas, no cosas, todo mundo entiende esta verdad tarde o temprano, yo he visto morir personas y he descubierto algo a lo que llamo la “sabiduría del último suspiro”, pues he notado que en ese último aliento ninguna persona pide que le traigan su estado de cuenta del banco, ni su iPhone, coche o algo parecido, ni siquiera el título universitario que tantos años le costó. Una persona antes de morir pide ver a sus hijos, a su esposa, sujeta la mano del ser amado que lo despide, como si en ese último momento al fin lo comprendiéramos, lo más importante no eran las cosas, eran las personas, navidad puede enseñarle esto a nuestros hijos, o puede enseñarles lo contrario, a ser materialistas, eso depende de nosotros como padres, cuando vemos que piden un montón de cosas innecesarias, y nosotros complacemos todos sus caprichos porque “es Navidad”, cuando vemos que no les interesa nada ni nadie, sino que ellos son el centro de atención, como si ellos hubieran nacido en aquel pesebre, acumulando y acumulando, estamos haciéndoles un daño.

Permítame aclarar mi punto, está bien regalarles un bonito regalo, pero debemos arreglárnosla para transmitirles el mensaje que, estar juntos, es mejor regalo que lo que está dentro de la caja; que sepan que la historia del pesebre trata de Dios y de las personas, y que de eso trata la vida, nuestros hijos serán más felices si tienen así sus prioridades. Como en todos los temas que tratamos semana a semana, el mensaje más poderoso no es el que damos con nuestras palabras sino con nuestras acciones, entonces, es nuestra responsabilidad modelar a nuestros hijos amor por Dios y por las personas, y dejar de lado el materialismo que consume nuestra sociedad, que nuestros pequeños vean que si no podemos comprar pavo esta navidad y en cambio cenaremos pizza está bien porque estamos juntos, que si deseábamos un regalo y no pudimos comprarlo, está bien porque estamos vivos y disfrutamos de la compañía familiar una año más, cuando ellos nos ven corriendo ocupados en cosas absurdas, cuando nos escuchan preocupados gastando más de lo que tenemos en una fiesta navideña, o comprando regalos a crédito, endeudándonos, les estamos diciendo que el más alto valor es para las cosas.

Hijos materialistas serán infelices y vivirán en constante frustración, la Navidad es una oportunidad para ayudarlos a dejar ese materialismo de lado, ¿Qué tal tomar algunos de sus juguetes para donarlos a un orfanato, que tal salir a regalar comida, que tal dejar de correr de posada en posada y pasar un tiempo de calidad con nuestros hijos y enseñarles la historia de navidad? Tomemos en cuenta que llegará el día en que algunos ya no estarán en la otra Navidad con nosotros y, que nosotros un día ya no estaremos en Navidad con ellos.

Recuerdo una navidad en la que no teníamos dinero, mamá ahorró por meses para comprar un pollo rostizado, y esa fue nuestra cena, yo había pedido el Castillo de Grayskull de He-Man, mamá me lo diseñó con una caja grande de cartón de huevo, por años me pregunté por qué me había sentido tan feliz aquella noche, como disfruté tanto esa noche buena, honestamente durante mucho tiempo me sentí culpable de conformismo, me prometí a mí mismo que le compraría un castillo Grayscull original a mis hijos con el pavo más grande que encontrara, lo entendí hasta que murió mamá, pude ver claramente, aquella navidad no fue maravillosa por el pollo ni por la caja de cartón diseñada como castillo, fue por el amor y la compañía de mi madre, ahora que no está me doy cuenta que no se necesita mucho para ser feliz, se necesita amor, mi filosofía ahora es “Ama a Dios y a las personas”. Esta navidad mis hijos no me ven estresado, regalo lo mejor que puedo con lo que tengo, la cena será lo más especial que pueda hacer con mi presupuesto, nada de deudas, no habrá cuesta de enero, mi ocupación ahora, es pensar cómo hacer esa noche inolvidable, que temas para la charla, que pretexto para abrazarles, besarles, de qué forma dar palabras de afirmación, como provocarles risas, porque algún día no estaremos aquí más, pero hoy si estamos, podemos darles el mejor regalo de navidad, apartarlos del mortífero materialismo y dejarles un legado de amor por Dios y por las personas que hará toda la diferencia en sus vidas.

¡Feliz Navidad!

ROBERT L CASTAÑEDA / El desafío de ser padre / Torreón, Coah. / Diciembre 18 de 2019.

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