Dios llama a nuestros corazones, nunca pierdas al niño que llevas dentro

Fernando de la Fuente García

María de Nazaret, ofrece a su Señor el único espacio del que él tiene necesidad, su cuerpo, su persona, todo su ser, a Dios el templo-monumento le viene estrecho, solamente el templo de carne puede contener su gloria, únicamente la pequeñez logra abrazar la grandeza divina, el espacio más minúsculo es el único apto para hospedar al infinito. María ha dispuesto el verdadero santuario, que Dios esperaba, lejísimos de los proyectos espectaculares de David, porque Dios no es el ciudadano más ilustre del Reino que, justamente como soñaba David, debe habitar en el palacio mas majestuoso. No, al contrario, Dios está en casa propia solo cuando está en nuestra casa, en nuestra vida, en nuestro corazón.

Quien sabe, si dejamos de imitar a David en sus preparativos afanosos, encontraremos la calma, el silencio, la paz, la oración, teniendo como modelo a aquella doncella de Nazaret para vivir este último día del Adviento. Esta reflexión deja una lección y es transparente, no hay que confundir las promesas de Dios  con los proyectos y las previsiones de los seres humanos.

La venida de Cristo al mundo, que recibimos la noche de Navidad,  es el paso que Dios da hacia nosotros, para ayudarnos a que encontremos su voluntad, nosotros respondamos con fidelidad, eso hace que nosotros queremos que se pueda buscar y cumplir la voluntad de Dios, como los hizo la Virgen María, pues ella dio el Sí obediente, ella aceptó libremente, con humildad, sin miedo y con alegría la voluntad del Padre. Viene a mi mente las palabras que María respondió al ángel: ‘¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón? El ángel le respondió: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios… Dijo María: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.” Y el ángel dejándola se fue.

Puede darse el caso, y en verdad sucede muy a menudo con las personas que no están en paz con Dios, que puedan quedarse indiferentes, ante la voluntad de Dios, es decir no quieren que se pueda, como para no comprometerse, por miedo o por cobardía, para no tener que responder, para conformarse con una vida egoísta, que los aparta del compromiso con Dios y con los demás. Sin embargo. Todos queremos aprender de la Virgen María, que nos enseña a recibir a Dios de todo corazón, dando ese si obediente y demostrando que quiere que se pueda cumplir su voluntad, pidámosle, pues, que nos ayude a decir con ella “Yo soy la esclava del Señor, cúmplase en mi lo que se ha dicho.

En este último día de Adviento, el cuarto, estamos mejor dispuestos y preparados para celebrar la Navidad, queremos que se haga realidad en nosotros la felicidad de la Virgen María, recibir a Cristo Jesús en  nuestro corazón, en nuestro hogar, en nuestra familia, en nuestro trabajo, en la comunidad donde vivimos.

Todos y cada uno de nosotros queremos “saber que se puede y querer que se pueda”, quitarse los miedos y sacarlos afuera, el recibir a Cristo Jesús en  nuestro corazón durante Nochebuena, y en Navidad.

por eso, nos debemos comprometer a “querer que se pueda”, que se pueda mantener a Cristo Jesús en nuestra familia, en nuestra escuela, en nuestro trabajo y en nuestra comunidad urbana donde vivimos, sembrando pedacitos de cielo y no de infiernos, mediante, la concordia, la armonía y la fraternidad que hemos alcanzado durante este tiempo. Nos comprometemos, también, a participar a los demás de nuestra alegría, de nuestros bienes espirituales y materiales, para que el saludo “Feliz Navidad” sea verdadero y se haga realidad entre todos nosotros.

La cena de Navidad eres tú, cuando sacias de pan y de esperanza al pobre que está a tu lado. Navidad eres tú, cuando decides nacer de nuevo cada día y dejas entrar a Dios en tu alma. El regalo de navidad eres tú, cuando eres de verdad amigo y hermano ante todo ser humano. La tarjeta de Navidad eres tú, cuando la bondad está escrita en tus manos y restableces la paz, aun cuando sufras. El pino de Navidad eres tú, cuando resistes vigoroso a los vientos y dificultades de la vida. Los adornos de Navidad eres tú, cuando tus virtudes son colores que adornan tu vida.

La campana de Navidad eres tú, cuando llamas, congregas y buscas unir. Eres también la luz de Navidad, cuando iluminas con tu vida el camino de los demás con bondad, con paciencia, con alegría y generosidad. Los ángeles de Navidad eres tú, cuando cantas al mundo un mensaje de paz, de justicia y de amor. La estrella de Navidad eres tú, cuando conduces a alguien al encuentro con el Señor. Eres también los Reyes Magos, cuando das lo mejor que tienes sin importar a quien. La música de Navidad eres tú cuando conquistas la armonía dentro de ti.

La noche de Navidad, eres tú, cuando humilde y consiente, recibes en silencio de la noche al Salvador del mundo sin ruidos ni grandes celebraciones; tú eres sonrisa de confianza y de ternura, en la paz interior de una Navidad perenne que establece el Reino dentro de ti. La Navidad Suele ser una fiesta ruidosa: nos vendría bien un poco de silencio, para oír la voz del amor”.

¿Te das cuenta?, la Navidad eres tú, Navidad eres tú cuando decides nacer de nuevo cada día y dejas entrar a Dios en tu alma. Me gustaría que recordaras una vez más que ser feliz, no es tener un cielo sin tempestades, caminos sin accidentes, trabajos sin cansancio, relaciones sin decepciones. Ser feliz es encontrar fuerza en el perdón, esperanza en las batallas, seguridad en el palco del miedo, amor en los desencuentros. Se luz, se amor, se paz para cada persona que conozcas. Ser feliz no es tener una vida perfecta, ser feliz es reconocer que la vida vale la pena vivirla a pesar de todas las dificultades. “saber que se puede y querer que se pueda”.

Todo lo que te haga feliz vale la pena, y recuerda siempre la “Oración para conseguir el buen humor” que comienza diciendo…

Concédeme, Señor, una buena digestión y, si puedes, algo también para digerir. “… Concédeme la salud del cuerpo, y el buen sentido que se necesita para conservarla. Concédeme también un espíritu sano que sepa escoger lo que es bueno, pero que no se asuste a la vista del pecado, para que pueda poner de nuevo todo en orden.” “… Concédeme una mente que nunca sepa lo que es el aburrimiento, y no permitas jamás que me preocupe demasiado de esa criaturilla tan presuntuosa que se llama ´yo´.” “… Concédeme finalmente, Señor, el divino sentido del humor. Dame la gracia de saber reír una broma, a fin de poder disfrutar algo de la vida y ayudar a que también la disfruten los demás. Amén… ”Esta plegaría la escribió Santo Tomás Moro en el año de 1525. Se llama “Oración para conseguir el buen humor”.

Dios llama a nuestros corazones a través de la ternura y la inocencia del niño Jesús… quiere que en esta Nochebuena lo recibamos con un corazón sencillo, amoroso y muy agradecidos con la Madre que nos entrega al hijo amado que vino a salvarnos pero sobre todo a “amarnos”.  El significado de la Navidad es recordar el inicio de la redención con el Nacimiento del Salvador, el misterio central de nuestra fe es la resurrección de Cristo, es decir  la Pascua, como este suceso abarca toda la vida de Jesús, celebrar la Navidad es solemnizar el proceso inicial de nuestra salvación, de nuestra Pascua.

Viene a mi mente unas palabras: Todos los días Dios nos da un momento en que es posible cambiar todo lo que nos hace infelices. El instante mágico es el momento en que un sí o un no pueden cambiar toda nuestra existencia (Paulo Coelho). Los mejores 8 doctores: Descanso, Luz de sol, ejercicio, alimentación sana, autoestima, besos, abrazos, amigos. (Tierra Holística) ¿Se imagina si a partir de hoy, todo de lo que usted se queja, sea sacado de su vida? Solo imagine esto: ¡Hay!, ¡No aguanto a mis hijos! ¡LISTO! ¡MUERTOS! PROBLEMA RESUELTO… ESO ¡NO!

EN CAMBIO… ¿Te acuerdas de…? Aquel tiempo, cuando las decisiones importantes se tomaban con un práctico “Joto el último”. Cuando se podían detener las cosas que se complican con un simple “pido, pido…”  Los errores se arreglaban diciendo simplemente… “No vale, de nuevo, de nuevo…” Tener dinero, solo significaba poder comprar una bolsa de papitas a la salida de la escuela… Hacer un castillo de arena, podía mantenernos felizmente ocupados durante toda la tarde… para salvar a todos los amigos, bastaba con un grito: “1- 2- 3 por salvación por todos mis amigos” Siempre descubrías tus más ocultas habilidades, a causa de un ¿A que no te atreves? ¡El último que se quede es joto!

Era lo único que nos hacía correr como locos hasta que el corazón se nos salía del pecho. Los globos de agua eran la más moderna, poderosa y eficiente arma que jamás se había inventado… “La palabra Guerra” solo significaba arrojarse gises y bolas de papel durante las horas libres en clase… la mayor desilusión era haber sido elegidos los últimos en los equipos del recreo en la escuela… Cuando ganarse un helado era la mejor recompensa de los padres… Y quitarle las ruedas pequeñas a la bici significaba un gran paso en tu vida. Cuando el negocio del siglo era conseguir cambiar las estampitas repetidas por la que hacia tanto tiempo buscabas… Cuando ponerte una camiseta a modo de capa te hacia soñar y subido en cualquier escalón deseabas con todas tus fuerzas poder volar como Supermán.

Todas estas simples cosas nos hacían felices, no necesitábamos nada más que un balón, una muñeca y un par de amigos (as) con los que jugábamos durante todos el día… si puedes recordar la mayoría de estas cosas y has sonreído… significa que todavía queda dentro algo del niño que fuiste no hace tanto tiempo. Así que envía esto al que necesite un pequeño descanso en su apretada y agitada vida de adulto. Como es posible que esas cosas tan simples hayan cambiado, yo las extraño. Nunca pierdas al niño que llevas dentro… Por cierto… pásala, ¡¡¡ joto el que no la envíe!!!

¿Te das cuenta?, la Navidad eres tú. Dios llama a nuestros corazones a través de la ternura y la inocencia del niño Jesús… quiere Que en esta noche buena lo recibamos con un corazón sencillo, amoroso y muy agradecidos con la Madre que nos entrega al hijo amado que vino a salvarnos pero sobre todo a “amarnos”. Hoy es Navidad Vamos a ponernos todos en disposición de recibir en nuestros corazones al redentor… porque hoy El Verbo se hizo carne, y recuerda que para una Navidad feliz, hay que saber que se puede tener, pero sobre todo hay que querer que se pueda. Feliz Navidad.

Monterrey Nuevo León. México

Diciembre 27, 2021

Dr. H.C. Mtro. QFB. Fernando De la Fuente García

ENTRE GRIEGOS Y TROYANOS

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“DIOS LLAMA A NUESTROS CORAZONES NUNCA PIERDAS AL NIÑO QUE LLEVAS DENTRO”