Comuna 13, de Sobrevivientes de Guerrillas Colombianas a Embajadores del Arte

La Comuna 13, otrora zona de guerra.

  • ** El barrio más peligroso de Medellín está convertido en una de las zonas turísticas mas visitadas de Colombia.
  • ** “Casa Colacho”, auténticos anfitriones con quienes conocerás los detalles de La Comuna 13, “el antes y después”.

Medellín, Colombia / Omar Xavier Gallegos Moreno / Mayo 27 de 2019.- Más de tres décadas de lucha, un sinnúmero de muertos y desaparecidos es la carga que los habitantes de San Javier llevan a cuestas, porque esta zona, enclavada en lo más alto de la Sierra de Medellín es el territorio de La Comuna 13 y señalada como “el barrio más peligroso de Colombia”, hoy está convertida una de las atracciones turísticas más importantes del país.

Grandes y chicos participaron en esta transformación y de ser una zona de guerra entre grupos criminales y cuerpos de seguridad, es ahora un espacio cultural marcado con el grafitti que la guerrilla usó para identificar su territorio. Comuna 13 es un ícono turístico colombiano, donde a diario disparan “balas de danza, música, teatro y buen trato personal”.

La Comuna 13 en lo más alto de la sierra de Medellín.

Para entender la metamorfosis urbana, de muerte e inseguridad a un atractivo turístico enorme, LA BRECHA viajó a Colombia para conocer la historia de la Comuna 13 y revivir, con los trabajos periodísticos de Adriana Chica García y Análisis Urbano, el terror en la zona. Aquellos hechos desgarradores provocaron constantes toques de queda y crearon fronteras invisibles para protegerse y evitar ser asesinados, dado que la zozobra era el día a día en estas colinas al occidente de Medellín.

Fueron 16 comunas las que se asentaron entre las montañas, en la periferia de la ciudad, formadas por favelas de campesinos desplazados de sus tierras por grupos armados rebeldes, en medio de la pobreza extrema, desesperanza, con nulas posibilidades de empleo, sin servicios básicos y por ende, crearon un estrato social bajo. Así explica su origen el periodista y ex alcalde de Medellín, Alfonso Salazar, en su libro “No nacimos pa’ semilla”.

La violencia no era algo nuevo. La zona fue la primera con asentamientos urbanos de guerrillas, después de paramilitares, donde la gente conoció, entre la pobreza, el dinero fácil de la cocaína con el narcotraficante Pablo Escobar.

La Comuna 13, un barrio de alrededor de 160 mil habitantes, se convirtió rápidamente en el epicentro de la violencia en Colombia. Las casas abarrotadas sobre colinas, las calles estrechas y empinadas, sus múltiples callejones y miradores la hicieron un punto estratégico para las bandas delincuenciales. Era fácil de controlar.

La Comuna 13 se transformó.

Para los jóvenes de familias desplazadas, ingresar a esas estructuras criminales fue la única promesa de ascenso social. Así fue como se formó una red de sicariato al servicio del narcotraficante dedicado al secuestro, la extorsión, los ajustes de cuenta y los homicidios.

Fue el 16 de octubre de 2002, que el gobierno de Álvaro Uribe Vélez ordenó la Operación Orión, una intervención militar urbana nunca antes vista en la historia del país. Durante tres días, mil hombres del ejército y la policía tomaron la Comuna 13 para enfrentar a las milicias guerrilleras.

Los datos oficiales reportan solamente 17 muertos, 80 heridos y 350 detenidos y las cifras extraoficiales indican que los grupos paramilitares dejaron 71 asesinatos y 95 desaparecidos, muchos aún desaparecidos y nada se sabe en la actualidad; sin embargo, la comunidad denunció que fueron enterrados en una fosa común en la montaña de basura conocida como “La Escombrera”.

En el año 2004 regía en la Comuna 13 lo que se conoció como el periodo de “Donbernalidad” o “Paratranquilidad”. Fue un lapso de tiempo que por orden de “Don Berna” nadie podía matar y hubo una falsa paz, que no duró mucho.

Comuna 13, zona cultural de danza, música y hospitalidad guiada.

El líder comunitario James Zuluaga, integrante del Comité de Derechos Humanos de la Comuna 13, denunció que muchos uniformados de la fuerza pública estaban aliados con las organizaciones de narcotraficantes, los patrullajes y los allanamientos en las casas los hicieron con ellos. Por estas declaraciones un policía asesinó a uno de sus sobrinos, Arley Steven Zuluaga, de 23 años, según testigos.

La Agencia de Prensa Análisis Urbano publicó que el control mayoritario estuvo en manos de “La Oficina”, quienes controlaban las extorsiones a los comercios y transportes, regularon los precios de la marihuana y el perico (cocaína), y hasta “recuperaban carros robados, cuando los ladrones actuaban sin su permiso”.

La violencia no cesaba en la Comuna 13. Entre el 1 de enero y el 30 de junio del 2008 se registraron 38 homicidios,  la mayoría de las muertes (84%) con arma de fuego, tres por asfixia y otros tres con arma blanca.

"La Fiera", testigo fiel de la metamorfosis de la Comuna 13.

Con “nada por perder”, nos cuentan, a partir de entonces, niños y adultos se dieron a la tarea de transformar esa zona en algo diferente, después de mucho razonar, optaron por contar sus historias y crear un espacio cultural y turístico, marcado por las huellas del territorio de San Javier, con grafitti, porque, otra vez, de esa manera identifican su territorio, pero ahora con arte y hospitalidad, con recorridos “guiados” y que pretenden permanecer como un ícono de los colombianos.

“Casa Colacho” es una organización de jóvenes de la Comuna 13, uno de ellos relató a LA BRECHA la historia y la manera que fueron discriminación por crecer y habitar un territorio construido por campesinos, quienes huyeron de los conflictos armados de las ciudades de Bogotá, Cali y Medellín.

“Fiera”, una de las mujeres raperas, explicó la manera como la Comuna 13 sobrevive en esta nueva era; sin embargo, también describió el “viacrucis” que todavía enfrentan para salir adelante.

“Nosotros tenemos que negar que formamos parte de la Comuna 13, porque nos despiden del trabajo, nos quitan las becas y nos niegan los accesos; aún suponen que somos violentos. Somos víctimas del gobierno”, nos platicó la joven habitante de “La 13” durante el trayecto que nos marcó para el recorrido turístico guiado.

Territorio marcado en La Comuna 13.

El mensaje que los vecinos de la Comuna 13 quieren enviar al mundo es: “basta de conflictos, no somos delincuentes”. Ahora es un lugar de innovación y desarrollo; es uno de los puntos más visitados de la ciudad, por turistas internacionales.

“El Estado y los grupos paramilitares actuaron al margen de la ley. Con la guerrilla muchas cosas pasaron y creo que lo más importante es lo que hoy hemos mostrado como barrio. Nos apropiamos positivamente de nuestro espacio, de nuestro territorio, pero para bien, con arte y hospitalidad”, dice Sebastián, otro de los miembros de la Comuna 13 que lucha por salir adelante y que espera graduarse de la Universidad.

La Comuna 13 fue construida entre laberintos al oeste de Medellín, pero hoy la gente que habita la zona lo único que pide es que dejen de estigmatizarlos y mas oportunidades para este sector de la ciudad, a fin de seguir desarrollándose.

A mediados del año 2019, la Comuna 13 recibía más de mil turistas extranjeros diariamente, gracias su innovación, al desarrollo social, el color de sus casas y calles, a la transformación y sobre todo, a la alegría de la gente. “Eso es lo que nos hace únicos, auténticos y cuando usted muestra lo que realmente somos, la gente llega”, dijo” Fiera” al ser cuestionada sobre cómo el grafitti territorial lo transformaron en arte.

“Sean todos bienvenidos a La 13. ¿Por qué juzgan y critican antes de conocer? Primero vean y conozcan, sean todos bienvenidos”, dice Jorge Mario al tiempo de invitar a continuar visitando este “paraíso urbano”, un pulmón de cultura, el único barrio en el mundo con escaleras eléctricas a las que se suman el metro-cable y el metro, para poder recorrerla.

“Lanzamos balas de danza, balas de música, balas de alegría, balas para que la gente se vaya con un pensamiento diferente de la comuna”, rapea Jorge Mario Alzate, otro de los “chavos” de la zona; otro de muchos quienes decidieron alejarse de los violentos y encontraron en el arte y la educación, la estrategia para el progreso.

Finalmente, a pesar de los altos niveles de pobreza que hoy en día enfrenta el viejo San Javier, el gobierno intenta recuperar poco a poco la dignidad de la zona, pero mientras tanto, los miembros del lugar viven del turismo y de mostrar su arte a todo el mundo.

En el video te cuento lo que hoy es la Comuna 13:

Galería:

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