San Luis Potosí está viviendo las repercusiones negativas de la pandemia en materia de inseguridad, tras el repunte en las últimas semanas de los delitos del fuero común y del federal, es decir, aquellos que incluyen desde los robos hasta las ejecuciones ligadas con el crimen organizado.
El catedrático universitario y director de la carrera de Criminología de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, Luis Osornio, quien mencionó que hace unos meses había advertido que la pandemia traería consigo una crisis económica y por lo tanto también de inseguridad debido a la falta de dinero en muchas familias.
“Nosotros observamos factores que son conexos y que son colaterales, primero de una crisis pandémica y después porque observamos el detrimento económico en ciertos sectores que son periféricos de la ciudad, y además en algunos municipios son las células de la delincuencia quienes han empezado a detonar esto”, explicó.
Dijo que la inseguridad se ha demostrado con los datos sobre el incremento por ejemplo del robo a casa habitación o a vehículos, pero también en delitos de alto impacto como los asesinatos en la zona metropolitana, en el municipio de Matehuala, Rioverde y Villa de Arista.
Agrego que “estamos sufriendo también efectos colaterales de otros estados, es el reacomodo delincuencial, nosotros somos un estado de tráfico por donde pasa y por donde hay mucho trasiego”.
Respecto al asesinato hace tres semanas de un empleado de la Fiscalía General de la República en la capital, apuntó que el mensaje que se manda es de vulnerabilidad porque ni siquiera un funcionario está a salvo.
Añadió que el incremento de la violencia también pudiera deberse a que los operativos, de por sí insuficientes, se han visto afectados por el número de policías tanto municipales como estatales que han dado positivo a coronavirus, además de otros que están en cuarentena o fuera de circulación por ser elementos con factores de riesgo, lo que reduce la presencia policial en las calles y colonias.
