Bar El Esgodi

Por Mayra Evangelina Díaz Lara / San Luis Potosí, S.L.P.

Uno de los lugares preferidos por excelencia de periodistas, doctores y abogados es el legendario Bar Esgody.

Está ubicado en pleno centro de la ciudad, en la calle de Morelos número 835.

Esgody, deriva su nombre del primer dueño Ezequiel Gonzáles Díaz.

Un dato que poco se conoce es que anteriormente se encontraba ubicado en la Plaza del Carmen.

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Tiempo después se cambiaron  la calle de Morelos, donde hasta hoy continúa.

Rico en anécdotas y folcklore con más de 50 años y sobreviviendo.

Bigotes…

Armando Sánchez mejor conocido como “El bigotes “lleva una década de servir y preparar las bebidas en el Esgody.

Nos cuenta que los bares han tenido su evolución con el tiempo y el Esgody no ha sido la excepción.

  • “Hace unos años las damas no entraban a estos lugares. Era recinto exclusivo de caballeros. E incluso existían letreros pegados en las afueras en donde se señalaba la prohibición de mujeres”.

Hoy por hoy la equidad de género también entró por las puertas del bar.

De chile y mole…

Entre las bebidas preferidas de los hombres está el tradicional Don Pedro y Presidente, y en las féminas las conejas, sangría y coctelería en general.

Si quiere terminar fumigado entonces la sangría especial acaba con el más diestro. Combinación de tres rones, tres brandys, vodka, jarabe, limón, agua de Lourdes y un “Ave María por ver como amanece al otro día”.

Leyendas estilo Esgody…

El Esgody ha sido testigo de innumerables y hasta jocosas historias. Una de ellas y casi como leyenda urbana le sucedió a un compañero del gremio periodístico y como se refiere en un pasaje del ilustre Quijote, de cuyo nombre no quiero (no puedo) acordarme: El cierta ocasión y ya pasado de copas, el distinguido caballero acudió al baño. Entre el cansancio y las copitas lo atraparon los brazos de Morfeo.

Al poco rato se despierta y observa luces apagadas y de amigos, de conocidos, nada. Habían cerrado el lugar.

Por suerte tenía anotado el teléfono de bigotes quien  como Sancho Panza y fiel amigo, acudió a su rescate.

Botanita…

Un caldo de verduras, carne de puerco en salsa verde, arroz y los tradicionales cacahuates son el atractivo para “botanear”.

Incluso existen personas que trabajan en las cercanías y prefieren comer ahí que trasladarse a su casa por los costos de los camiones. ¡Claro, claro! todo sea por la economía.

Que mejor que después de unos días pesados, un espacio para relajar el trajín del ir y venir.

Confesiones…

Algunos efectivamente se relajan, pero demás y vienen las confesiones, ya que al calor de las copas se desgarra el alma.

Unos cuantos rones suficientes para confesar tristeza e infidelidades por parte de los hombres.

Las mujeres por su parte, se ríen, bailan y cantan, pero nunca de los nunca abren boca.

Morfeo…

Si a algún cliente se le pasan “las cucharas”, el consejo es dejarle dormir un poco. Si el tiempo avanza y no se ve claro, vale más llamar a un taxi que lo devuelva sano y salvo a su hogar.

Olvidos…

Existen dos tipos de olvido. Aquellos que se pierden ensimismados en su trabajo, como los periodistas construyendo sus próximas notas y los que olvidan el celular, las llaves y hasta el anillo de casado y que regresan al día siguiente presurosos a rescatar el objeto en cuestión.

Hablando de mujeres y traiciones…

El cantinero es casi el sustituto del psicólogo. A él se le cuentan las penas  con oído presto y paciencia de santo,- también le hace al sacerdocio ya que como regla de oro jamás se repiten confesiones.

Vestigios…

Al entrar al Esgody el tiempo retorna. Una cantina de madera antigua con olores a pino y a alcohol.

Una barra enorme, de esas, de esas que invitan a sentarse con una buena cerveza.

Una caja registradora maciza y amarilla por el correr de los años. Muebles cómodos y fotos de un San Luis antiguo.

Así El Esgody en las historias de la Ciudad de los Jardines.

8 Comments

  1. muy buen bar cuando yo voy por alla siempre paso por mi sangria , como dato curioso tambien siempre me encontrava a mi finado amigo el solitario y su solitaria guitarra que rico cantaba

  2. Ezequiel González Diaz de León fue hijo de Fortunato González, de la tierra de Dios y María Santisima, Santa Barbara Municipio de Ocampo Guanajuato.

  3. EZGODI, En el cuerpo de tu comentario mencionas a su propietario original
    EZEQUIEL: EZ
    GONZALEZ: GO
    DÍAZ: DI.
    Aparte está la foto con el nombre del bar, ¿es tan difícil dilucidar como se escribe correctamente? Este bar era muy concurrido, desde la entonces plazoleta del carmen hasta la calle de Iturbide por la puerta de atrás, donde se ubicaban los billares. Recuerdo la rifa del pollo entre los parroquianos.

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