Fidelidad o lealtad política

¿Fidelidad a las venganzas o lealtad a las causas?

¿Lealtad o fidelidad? ¿Son lo mismo? Aunque pueden ir aparejadas y coexistir hacia una misma persona, cosa o causa, no son en estricto lo mismo, pero en terrenos como el de los valores, los principios o en la política suelen utilizarse de manera común y vienen al caso para reflexionar algunas cuestiones: ¿Debe el Presidente ser leal o fiel hacia su partido, su causa o su población y hasta dónde? ¿A que debe ser fiel o leal la población? ¿A su idea, a su causa o a quien lo eligió? ¿Debe la oposición oponerse por fidelidad a todo lo que haga o proponga el gobierno electo?

En el Reino Unido desde hace algunos 200 años, la segunda fuerza en el Parlamento es conocida como la Muy Leal Oposición de Su Majestad (Her Majesty’s Most Loyal Opposition) o también Oposición Oficial (Official Opposition) del Reino Unido y corresponde habitualmente al partido político con la segunda mayor representación en la Cámara de los Comunes, siendo el Partido con la Mayor Representación al que le corresponderá representar al Gobierno de Su Majestad. Pueden ser los conservadores o los laboristas según sea el caso; y otras fuerzas menores o terciarias no se ubican necesariamente como oposición. Ni la Muy Leal Oposición  se comporta radicalmente y menos aún en forma irracional como oposición. Sin duda buscan ser leales a su causa y fieles a la comunidad y tienen establecido legalmente la atribución de constituir un Gabinete Sombra o Alternativo con cada uno de los puestos desde la Cancillería hasta el Ministerio de Agricultura y otros cargos más que incluso están dotados de poder para interrogar al Primer Ministro y a los correspondientes Ministerios y encargos constituidos formalmente (¿Le recuerda algo llamado “Gobierno Legitimo” de AMLO en 2006?)Además mientras que la mayoría de días en la Cámara de los Comunes se reservan para asuntos gubernamentales, veinte días de cada sesión parlamentaria están a disposición de los Partidos de la Oposición. De estos días, diecisiete son para el líder de la oposición y tres para los líderes de los partidos minoritarios. Esto pese a que la oposición este integrando el gobierno y que el líder opositor se considere Primer Ministro en Espera y además reciba un salario extraordinario, no significa subordinación alguna con  el Gobierno ni se requieren por parte de la oposición (aunque sea “muy leal”) aspavientos ni escándalos, ni gritos, ni carteles ni sombrerazos. La lucha no deja por ello de ser intensa, verdadera y a veces cruenta pero por lo general se dejan a salvo siempre los intereses más generales, el bien público temporal de la población, causa para la que, ahí si se busca guardar total fidelidad.

El Diccionario de Filosofía de Nicola Abbagnano actualizado por Giovanni Fornero dice sobre esta última que es la voluntaria práctica y completa devoción de una persona a una causa. En el libro Filosofía de la Fidelidad Royce (1908) la considera principio general de la ética incluyéndole solidaridad con otros individuos o comunidad de individuos que contiene  el criterio para juzgar a cerca del valor de las causas, ya que permite reconocer como perjudicial una causa que haga imposible o niegue la fidelidad de los otros.

La fidelidad es la capacidad espiritual –el poder o la virtud– de dar cumplimiento a las promesas.

Respecto a la lealtad, Wikipedia la define: es una obligación de fidelidad que un sujeto o ciudadano  le debe a su estado, monarca o a sí mismo. Es siempre estar presente, cumplir siempre, fidelidad. Es un valor que básicamente consiste en no darle la espalda a determinada persona, grupo social y que están unidos por alguna relación social, es decir, el cumplimiento de honor y gratitud, la lealtad está más apegada a la relación en grupo.

En el imaginario colectivo del México que vivimos con promesas o sin ellas, simpatizantes y adversarios, en su optimismo o en su temor, construimos durante 12 años y muchas veces inconscientemente, una enorme expectativa sobre lo que podría cambiar; tanto tiempo se esperó o se eludió, que ahora la posibilidad real de tenerlo (sea que lo pensemos bueno o malo) genera en la mayoría otra expectación por lo inmediato, que resulta más peligrosa que las promesas mismas, pues como la realidad y las resistencias no permiten que tales cambios puedan materializarse ipso facto, el incumplimiento puede parecer lo contrario a la lealtad y fidelidad que con sus promesas y su pueblo debería mostrar AMLO, y lo contrario a estos conceptos se llama traición. Esto no puede ser posible si empleamos un mínimo de sentido común y pensamos lo complicado que es cambiar en un mes o en dos años lo que se deformó por décadas. ¿La oposición debe ser leal a su pueblo y causas o irracional y fiel a una venganza?

@PedroOlveraV

PEDRO OLVERA/Retruécanos/San Luis Potosí, S.L.P./diciembre 18 de 2020.