Elección por enemigos

So riesgo de que usted me juzgue cursi o romántico, lo cual sería lo menos malo, quiero comenzar esta reflexión a partir de una escena que vi en la serie The Crown, que narra de manera magistral y bastante apegada a la historia, la vida de la Reina Isabel de Inglaterra, en capítulos novelados que van dibujando las vivencias de la jefa de Estado del Reino Unido; tanto en lo profesional y político, como desde la percepción mas humana y familiar. En tal escena que puede usted contemplar no solo en Netflix sino en varios sitios de Internet que la han extraído y separado de la serie, porque seguramente resultó de interés y agrado genera, la Primer ministro Margaret Thatcher informa a la Reina de la decisión que ha tomado de enviar tropas a las Islas Falkland –que más conocemos como el asunto de las Islas Malvinas- que fueron reclamadas de Facto y ocupadas sin ningún aviso  o formalidad diplomática por empresas Argentinas que manejaban desechos allá por el año de 1983.  Recuerdo que la dictadura militar que en esos entonces encabezaba el Presidente Leopoldo Galtieri, aprovechó el incidente para vestirse ficticiamente de héroe rescatador exacerbando el nacionalismo de los gauchos. En esa época acabábamos de terminar la carrera de Leyes y nos apasionaba una materia que estaba en boga: el Derecho Internacional que nos impartían maestros que vale la pena recordar y aún están fuertes y activos como el Lic. Efraín Álvarez Méndez y la maestra María Luisa Delgadillo, ambos nos condujeron a varios congresos y Organizaron varios mas aquí en nuestra Facultad de Derecho, lo menciono porque esto lo “viví”  muy cercanamente y hacíamos pública nuestra forma de pensar desde entonces. Previamente a la escena, la Reina reconviene a la Primer Ministro pues le señala que hay muchos problemas de empleo, no bajan las tasas de interés y la recesión se apodera de la Gran Bretaña, con el consiguiente descontento de varios sectores y estamentos, por lo que le parece que hay demasiados frentes abierto para que encima se de inicio una guerra que aún con el poderío británico, resultará muy costosa, como ya lo señalan algunos medios. La Dama de Hierro como conocimos en esa época a la Sra Thatcher escucha a la Reina Isabel decir: “Es un error presuponer que porque alguien sea privilegiado carezca de agallas. Y es un juego peligroso hacer enemigos a Izquierda, Derecha y Centro”. Thatcher responde: No, si una se siente cómoda teniendo enemigos. La Reina pregunta :¿Usted sí? Thatcher: “Desde luego. Inspirada en las palabras del Poeta Escocés Charles MacKay “No tienes enemigos, dices? Una pena amigo mío: ese alarde es vano. Aquel que participa en la refriega del deber, que los valientes soportan, debería haber hecho enemigos. Si no los tienes, pequeño es entonces el trabajo que has hecho. Si a ningún traidor has escarmentado, si ningún zafio patán te ha calumniado, si ningún entuerto has enderezado, entonces…has sido un cobarde redomado”.

Esto me hizo pensar que en las contiendas políticas que han empezado aunque no oficialmente, pero que ya se encarnizan, existen acusaciones fundadas y conocidas pero también fantasiosas y calumniadoras entre seguidores, aspirantes y funcionarios- que es lo más peligroso-. Igual se prodigan halagos y reconocimientos a trayectorias grandes chiquitas y medianas según la percepción de cada quien. ¿Cómo evaluar, medir, apreciar, comparar y escoger finalmente al candidato de nuestra preferencia, más allá de las cuestiones ideológicas que solo son instrumento para quienes están más o menos enterados de las cuestiones políticas? Podemos ver cuantos likes les prodigan las personas de verdad y los robots, podemos conocer las trayectorias pero:¿Porqué no ver también, como lo hacen algunas encuestas, la cantidad de negativas a votar por alguien? Y, un instrumento interesante: porqué no observar cuantos y quienes son los verdaderos enemigos que tiene? Baltazar Gracián, decía en un  fragmento que aprendí en la niñez que: ”Triste cosa es no tener amigos, pero cosa más triste ha de ser no tener enemigos, porque…señal es que no tiene ni talento que haga sombra, ni valor que le teman, ni bienes que le codicien, honra que le murmuren, o cosa alguna que le envidien”. Revise usted los talentos, las honras, el valor y los bienes de quienes se ofertan para gobernarnos o representarnos; revise los fundamentos sobre cuestionamientos que se hagan y elimine los que se hacen sin ton ni son; también observe los bienes que ostenta cada quien y calcule de “donde sacó chivas Pedro”¿ le costaron o los heredó? ¿Su trabajo le ha permitido tener, hacer viajes, poseer vehículos de lujo y merecerlos? Si le entra la duda mejor elimine la opción que revisa y sea feliz.