Recuerdos 

Mis recuerdos más antiguos datan del año 1991 cuando tenía 5 años, cuando iniciaba una nueva etapa en mi vida, pues ya no era la niña de la familia que solía ser, ya tenía una hermana menor que revolucionó mi mundo, que me enseñó a compartir, a no estar sola, a pelear por lo que quería y alzar la frente ante las adversidades, pero que también me sacó de mi zona de confort y generó en mi celos hacia mi madre y su atención. 

Curiosamente esos recuerdos son muy vividos y borraron por completo las memorias desagradables de años anteriores -como si fuera un día el inicio y el final- como una enfermedad que marcó por muchos años mi niñez, la varicela, algo que para muchos es común, pero para mí no lo fue, pues me “pegó” muy fuerte y dejó debilitado mi sistema inmunológico, pero más trascendente aún, me hizo objeto de bullying por los siguientes tres años en el jardín de niños, lo que irónicamente me hizo más “machetona”, más “aventada” o tal vez más indiferente a lo negativo y más ganas de gritar que unas marcas en mi cara no eran lo que me definía.

Hay otros recuerdos muy entrañables, como mis ocurrencias y mi encuestitis que tenía desde que era una niña. Recuerdo que lideraba al grupo de los mas jóvenes de mis primos y primas, poniéndoles retos, programas ficticios de televisión, carreras de obstáculos, y entrevistas que me producían una satisfacción y entretenimiento inmensos. No había cosa que me gustara más, enserio creo que ahí encontré mi vocación. Me encantaba ir preguntándole a la gente que opinaba de distintos temas, preguntarles el porqué de las cosas y después platicar el tema por las noches con mi madre y en ocasiones mi padre. Me gustaba la conducción, escuchar la opinión de la gente y soñaba con mi propio programa de radio… Lo que más adelante se haría realidad. 

También solía componer poemas, hacer sonetos y canciones, con el ritmo y esas cosas que a todo el salón le parecía horroroso y absurdo, y encontrar las etimologías de las palabras me causaba desde ese entonces gran placer, sabía que en mi vida encontraría la forma de combinar todo eso, de plasmar lo que me gustaba y mostrarlo alguien más, pues si me preguntaban que quería ser de grande contestaba que maestra, y también he estado ahí. 

Mas adelante, ya en épocas preparatorianas, el teatro y el debate eran mis hobbies, me gustaba escuchar lo que los demás opinaban aunque sus ideas fueran radicales, aunque no estuviera de acuerdo del todo y tuviera emociones contrapuestas. Me gustaba buscar argumentos en contra con propósitos de la actividad y después encontrar las objeciones de los demás ante mis argumentos para nuevamente proponerme algunos nuevos. Y sí, “ñoñamente” me gustaba que me dejara tareas de entrevistar gente. 

Decidí estudiar mercadotecnia, y lo mejor fue que mi primer trabajo era diseñando encuestas, y lo mejor reportando los resultados, lo que algunos pueden llamar morbo, curiosidad, como sea que lo llamen, el saber lo que piensan los demás me llena, es más, cuando me preguntaban qué “super poder” escogería tener siempre, decía y seguiré diciendo, leer la mente de los demás. 

Y mi película favorita al respecto “lo que ellas piensan”. 

Ahora sigo disfrutando de esta “encuestitis” que me dio la vida desde mis primeros recuerdos, y es así como he decidido aprovechar las redes sociales y sus aplicaciones para llevar acabo una encuesta semanal, mostrando mi opinión, pero de manera objetiva. No importa el tema en sí, lo que importa para mí es la razón del porqué una persona piensa así, deshebrar las estructuras mentales de cada persona y hacerlos reflexionar sobre lo que dijeron pensar, y repensar nuestras alternativas y nuestras respuestas es mi pasión. 

Agradezco a la vida también el tener amigos con pensamientos radicales, creo que siempre busqué ese tipo de gente, la disfruto porque siempre nos enseñan algo, y es mejor esa gente que aquella que no opina de nada, sin embargo definitivamente con práctica todos tenemos esa capacidad. 

Agradezco también a todos los que me han refutado un punto, agradezco haber estado equivocada en algunas ocasiones, hay algo que me encanta decirles a mis alumnos, “no hay respuestas malas” lo que los reconforta y los inicia en esta práctica de la opinión. 

Amo mi vida actual pues me da la oportunidad de por distintos medios decir lo que pienso, enseñar a través de pláticas y conferencias a otras personas, pero más que nada escuchar sus opiniones. 

Es así como concluyó que los recuerdos siempre deben seguir en nosotros pues definen quienes somos y reafirman el porqué estamos aquí.

ROXANA OLVERA / Cara o cruz / San Luis Potosí, S.L.P. / Febrero 5 de 2020.

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