Familia, hermoso placer

Dedicado a mis abuelos, a mi tía querida y a mi tío adorado que estuvieron muy presentes en este viaje…

Y de pronto sentí que había hallado a mi abuela en su cara, en su risa, en el cariño hacia mi niña, que seguramente lo tendría si estuviera aquí y que seguro sabe que poco después de que ella se fue, llegó a mi mundo.

Y todo este aire de reencuentros familiares me recordó a ti, tía entrañable, madrina, guía de mi corazón, alma de la fiesta y la familia, que siempre nos mantenía unidos con ese carisma y humildad que te caracterizaban, porque siempre fuiste esa pieza final del jaque mate en el ajedrez, la que hacía que todo tuviera sentido y todos nos sintiéramos parte de ese todo.

A ti tío, con tus platicas intelectuales e interesantes, pero sin dejar un lado tu modestia te encontré reflejado en una persona, que aunque no nos conociéramos parecía que éramos amigos de hace años, coincidiendo en nuestros intereses, y haciéndome pensar en ti, en esos juegos mentales que nos ponías, en tus mejores tiempos de tío joven y jovial, de tío apapachador, pero también firme.

A ti abuelo, como una sombra que nos acompaña todo el tiempo, y ahora en tu octavo aniversario luctuoso este 25 de diciembre, ese día en que no pude escribir, pues te pensé mucho más y no me dejaste concentrarme en las palabras, también me acompañaste en este viaje, de manera sigilosa y nostálgica, pues aunque no te vi reflejado en un ser vivo, fue tu imagen imaginaria como padre de la gran familia que formaste, como dueño y creador de aventuras y sonrisas Picaras, como el jefe de familia que a pesar de sus creencias machistas, procuraba formar una familia de bien, y lo logró.

Los extraño y mucho, como si fuera el primer día, como si nunca se hubieran ido pero físicamente los extraño, sus ruidos, sus risas, sus platicas, sus caricias, sus mañas y remedios, y aunque en esta ocasión, en este viaje, me encontré con una familia lejana a mi en todos los sentidos, me dio margen para observar y recordar lo que nos hacía la gran familia que éramos, lo que pudimos mejorar y lo que podemos aún hacer, y no se trata de comparar, envidiar o repeler, se trata de una añoranza que podría convertir a mi familia paterna en lo que alguna vez fue, sin importar nuestros intereses, ocupaciones y aficiones, sin importar nuestro número o nuestras necesidades, por que es justo eso lo que extraño de ustedes, parte esencial de esa familia, de esa gran familia que forjó mi ser y forjó mis recuerdos y mejores memorias de mi niñez y adolescencia y que aunque aún tiene sus destellos y no por menos, el gran cariño de siempre, nos faltan ustedes y nos falta creer que aún están aquí, presentes y testigos de lo que emana de nuestra unión.

Las familias como todas tienen sus altibajos, sus pleitos, sus diferencias y sus momentos gloriosos; considero muy importante mencionarlo para poner en contexto que por supuesto que me llevo de esta nueva experiencia tal vez uno de esos momentos gloriosos, que más sin embargo me remontó a hace unos años cuando estos días tomaban mucha alegría, armonía y felicidad, la euforia de estar juntos, el acentuar las características positivas de cada integrante era parte de, hacer a un lado nuestras visicitudes y creer en nuestro origen en nuestra tribu.

@roxaniutz

ROXANA OLVERA / Cara o cruz / San Luis Potosí, S.L.P. / Enero 1 de 2020.

Be the first to comment

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.