Retos de la educación en México

Toda vez que hace un par de meses el Poder Legislativo avalara las leyes secundarias de la nueva Reforma Educativa, surgen interrogantes con relación a si tales cambios realmente ayudarán a paliar la variedad de fenómenos que con respecto a este tema acontecen en México, ya que se tiene conocimiento, de acuerdo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que en el año 2017 más de la mitad de la población adulta de nuestro país solo tenía el nivel de secundaria.

En la actualidad constantemente se manifiesta que en nuestro país el trabajo del profesor está devaluado, por ello es común escuchar o leer que algo debe realizarse para atender el tema; ante tal situación debe tomarse en cuenta que repartir culpas no ayuda en gran medida, más bien es necesario encontrar soluciones a los problemas y no más problemas a las soluciones.

Todos los actores de la educación deben llevar a cabo la tarea encomendada al exigir respuestas para saber integrar la estructura social del aprendizaje, por ejemplo, la diversidad de personas que existen en cada uno de los grupos, la idiosincrasia, los paradigmas y la realidad cambiante.

Hoy en día el personal docente debe estudiar infinidad de situaciones que acontecen en el ámbito académico, porque ello permitirá obtener una visión más abarcadora y capaz de formar un criterio amplio con relación a la labor cotidiana. Para lograr esto basta citar lo que un día afirmará el filósofo John Dewey al manifestar que: la educación es un proceso que estudia lo que acontece en el aula, así como lo que ocurre fuera de ella.

Con base en lo anterior los mentores deben tener claro que su desempeño no se limita a un tiempo y espacio determinados, sino por el contrario, deben tomar en cuenta que es básico apropiarse de la investidura en todos los grupos o instituciones en los que se participa socialmente.

Inexorable resulta tomar en cuenta los papeles o roles que cada una de las personas desempeñan en los grupos o instituciones que integran una determinada sociedad. Todo profesor debe considerar que los alumnos son el resultado del contexto que les rodea, y que las experiencias que cada uno de ellos ha vivido les han forjado una personalidad poseedora de una condición inigualable.

El docente del siglo XXI debe entender que la educación va más allá de una mera transmisión de conocimientos, porque es necesario propiciar que los alumnos adquieran valores y actitudes, así como el desarrollo de habilidades; lo anterior basándose en la convicción de que el educando no siempre estará ahí, sino que en un momento dado egresará y deberá llevarse un legado que le sea útil y le permita enfrentar los desafíos de la vida, que como buen ciudadano le corresponden.

Pensar si las escuelas realmente reaccionan a las necesidades del entorno, cuestionar si los padres de familia a través de sus demandas saben por lo que abogan con respecto a la educación de sus hijos, es una tarea que debe pensarse con detenimiento, porque hay mucho que considerar en esos tópicos; hay padres de familia que solo ven a la escuela como una institución que puede ayudar a sus hijos a obtener dinero y que les vaya mejor laboralmente ¿Será?

Los profesores deben entender que veces un alumno lo único que posee para ayudarlo a mejorar sus condiciones de vida y ambiente es la escuela, por ello es importante considerar los argumentos a favor de la misma; en la escuela se pueden propiciar conocimientos, paliar situaciones que la ignorancia ha perpetuado y resolver problemas, además de una variedad de acciones de beneficio común.

Hoy los profesores deben hacer lo propio para saber utilizar de manera eficiente las tecnologías de la información y la comunicación, además de valorar las capacitaciones que les son útiles para mejorar su desempeño. En la sociedad actual se desea que los mentores cada vez estén más conscientes del compromiso que implica estar frente a grupo, además de experimentar la necesidad de sentirse plenos en la medida que disfruten la materia que imparten, y de igual forma reaprendan a valorarse a sí mismos para dignificar la profesión.

En el desempeño docente deben implementarse nuevas técnicas de trabajo, porque ahora los nuevos modelos educativos demandan que los alumnos sean atendidos acorde a las situaciones socioemocionales que experimentan; pese a lo anterior, es común que todavía haya contextos en los cuales sea señalado que la calidad de la educación solo compete a los docentes, cuando para lograr el aprendizaje deben involucrarse todos los actores como: alumnos, maestros, padres de familia, personal administrativo, entre otros.

Las instituciones de aprendizaje deben estar abiertas a la educación no formal y asimismo considerar las ventajas que pueden obtenerse por medio del uso de plataformas virtuales y los recursos que estas poseen. No debe olvidarse la complejidad de las formas que diversifican los procesos de educación.

En infinidad de ocasiones se afirma que el logro de las metas educativas está limitado por múltiples carencias, sobre todo en los programas y proyectos educativos de las comunidades rurales, donde es frecuente que haya quienes justifiquen que lo obtenido no siempre es lo esperado; pese a ello las personas encargadas de la educación, entre ellas los docentes, deben tener la capacidad necesaria para saber implementar a pesar de todas las adversidades.

Debe cuestionarse todo lo que en el ámbito de la educación sucede, y por ello no es prudente dejar de lado las dimensiones económicas, políticas, sociales y culturales. Los actores de la educación deben sumar esfuerzos para enfrentar la idiosincrasia del contexto, que lejos de beneficiar a quien recibe educación en ocasiones perjudica.

Los docentes deben hacer lo propio; adecuado es que tengan el valor de dignificar su profesión por medio de cada una de sus acciones al considerar que ser docente contempla convertirse en un agente de cambio, que debe ser capaz de transformar realidades en favor quienes más lo necesitan.

La educación es una herramienta poderosa que cuando logra cambiar la perspectiva de vida de las personas se constituye como un eje rector en favor del progreso de todos; desafortunadamente entre los actores del aprendizaje, ejemplo de ello la clase política, el desinterés con relación a mejorar los proyectos y programas educativos es evidente.

En el ámbito de la educación en México, al interior de las instituciones educativas, puede vislumbrarse que abunda toda una serie de fenómenos relacionados con temas de corrupción, ello porque en muchas ocasiones quienes están al frente de las organizaciones suelen realizar prácticas que lejos de beneficiar a la comunidad educativa la perjudican. Este fenómeno puede palparse cuando no hay procesos transparentes en los presupuestos administrados dentro de las mismas escuelas.

En el tema de la educación hay mucho que dirimir, y un tema clásico suele ser el de las reformas educativas, las cuales constantemente son criticadas por poseer áreas de oportunidad. Ante ello puede decirse que son bienvenidas las críticas siempre y cuando estén motivadas y fundamentadas, porque no se trata de criticar por criticar ya que debe entenderse que una crítica debe ser respaldada por una razón, como lo postulara René Descartes en sus aportaciones filosóficas.

Es frecuente que los mismos docentes sean los que manifiesten su inconformidad cuando afirman que: “aún no se termina de consolidar una reforma educativa, cuando ya se está implementando otra”, ante ello puede interpretarse que el hecho de otorgar vigencia a una reforma de esta naturaleza obedece a una situación multifactorial, destacando la situación de que la realidad es dinámica y por ende no espera.

Los actores de la educación, particularmente los docentes, deben poseer un adecuado dominio de contenidos, así como la expertis para apropiarse de las nuevas estrategias de aprendizaje. Es fundamental que este requisito sea cumplido no solo en el ámbito de la educación sino en las demás profesiones.

La sociedad demanda que haya profesores más comprometidos con su labor y que estén abiertos a aprender e innovar en todas y cada una de sus prácticas. Los docentes ahora más que nunca deben tomar como prioridad que su labor favorece el hecho de forjar personas con mejores conocimientos, habilidades y actitudes.

Pensando en la calidad de la educación el facilitador del aprendizaje puede mantener total apertura a la mejora continua, porque conforme ello sea realizado los resultados ayudarán a dar mejores respuestas a la demanda actual; asimismo los profesores deben poseer una mente abierta a los cambios y saber que sí es posible llevar a cabo una variedad de adecuaciones en la labor que desempeñan, porque su tarea cotidiana es pensar en la diversidad, inclusión e innovación.

melchor_manuel@hotmail.com

JOSÉ MANUEL MELCHOR MORENO / Fisuras / Villa de Reyes, S.L.P. / Noviembre 4 de 2019.

Be the first to comment

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.