El calendario marca 12 de octubre y en las escuelas y otras instituciones resulta inevitable referenciar el descubrimiento de América, protagonizado en 1492 por Cristóbal Colón y demás tripulantes de las carabelas La Niña, La Pinta y La Santa María, cuando al navegar por el Océano Atlántico iban en busca de otra ruta marítima para llegar a la India. Con relación a este acontecimiento actualmente la interrogante es: ¿hay algo que festejar?
Hablar bien o mal del descubrimiento de América depende de la perspectiva que cada quien le otorgue a este acontecimiento, porque habrá personas que desde el punto de vista de la izquierda señalen el sometimiento realizado en perjuicio de las culturas autóctonas que habitaban en nuestro continente, en cambio habrá quienes argumenten que gracias a ello hoy en día existe un país como México que es el resultado de la combinación entre costumbres y tradiciones españolas y prehispánicas.
Al intentar responder a la pregunta inicial, en nuestro contexto seguro hay un clamor que hasta cierto punto reniega de la influencia española, misma que en su momento introdujo una religión e idioma que hasta la fecha prevalecen. La realidad es que por el encuentro de dos mundos el intercambio económico no fue limitado, porque múltiples elementos por primera vez fueran intercambiados y de igual forma dieron la pauta para iniciar la globalización.
El descubrimiento de América generó que los europeos trajeran animales como burros, mulas, caballos, ovejas, cerdos, vacas, vinos, telas, papel, almendras, ropa, fierro y otros bienes; en cambio de la Nueva España los peninsulares se llevaron oro, plata, cueros de animal, plantas medicinales, tintas naturales, chocolate, etcétera. Citar el intercambio cultural ocurrido podría ser un motivo importante para no satanizar del todo este pasaje histórico.
En síntesis, el intercambio cultural que tal vez en otra época no fue visto como una ventaja de fusión, hoy puede propiciar que haya un punto de vista de mayor apertura con relación a todo lo bueno que los pueblos en su momento aportaron, aunque si bien es cierto hubo excepciones que no fueron favorecedoras para un contexto en particular, y como ejemplo basta citar la enfermedad de la viruela que en su momento resultó mortal para la cultura azteca.
En torno al momento histórico del descubrimiento de América cabe la opción de plantear de manera hipotética: ¿Qué habría pasado si la conquista material y espiritual de las culturas prehispánicas nunca hubiese ocurrido? ¿no existiríamos? ¿otra nación podría haber hecho tarde o temprano algo similar? La verdad es que nunca lo sabremos, y volviendo a los hechos, la realidad es que los españoles a su modo vinieron a colonizar grandes territorios, a la par que también en su momento lo hicieran otros europeos.
Desde el punto de vista pragmático el ciudadano actual podría preguntarse con respecto a si existe o no alguna trascendencia para su vida cotidiana prestar atención al aniversario del descubrimiento de América, porque ante tal acontecimiento hay pros y contras y se vale que con base en la opinión propia cada quien externe el punto de vista que considere pertinente. Habrá quien determine su criterio al decir que los mexicanos tenemos motivos de sobra para festejar un 16 de septiembre, en cambio los españoles consideran el 12 de octubre como día de fiesta nacional. Cuestión de perspectivas.
El descubrimiento de América podría ser un hecho digno de ser tomado para referenciar que en todas las épocas hombres y mujeres han buscado la forma de romper paradigmas, como un día lo hiciera Cristóbal Colón, asimismo poner atención a la fecha demostrará interés por la historia al asumir una postura crítica con respecto a la misma. Cualquier hecho histórico es capaz de ilustrar y este fenómeno no representa la excepción porque seguro denota aprendizajes que no solo deben centrarse en relatos en los cuales, de manera maniqueísta, se habla de buenos y malos.
JOSÉ MANUEL MELCHOR MORENO / Fisuras / Villa de Reyes, S.L.P. / Octubre 12 de 2019.
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