Recuerdo del Porfiriato, El Palacio Postal

El edificio que se encuentra en el Centro Histórico de la ciudad de México, en el  Eje Central Lázaro Cárdenas esquina con Tacuba, donde fuera el Hospital Real de Nuestra Señora de la Pura y Limpia Concepción, también conocido como Hospital de la Tercera Franciscana, inició la construcción el 14 de septiembre de 1902 y terminó el 17 de febrero de 1907, obra del arquitecto italiano Adamo Boari, la construcción se llevó acabo por el ingeniero mexicano Gonzalo Garita, pedido en aquel momento por el general Porfirio Díaz para que fuera un edificio emblemático para México y que logró serlo también para el mundo, como una nueva cara del país hacia el contexto internacional.

El arquitecto Adamo Boari tomó en cuenta el contexto como un elemento que permitiría junto con otra de sus obras el Palacio de las Bellas Artes y la Alameda jugar un papel importante para la ciudad de México como conjunto.

Imprimiendo un carácter a la Quinta Casa de correos primeramente de Palacio, dándole esa categoría por la escala y proporciones del edificio, que fácilmente le permitirían competir con cualquiera en su tipo del mundo, el cuidado de los detalles en su fachada con la cantera de Pachuca Hidalgo, donde guarda una relación entre el estilo isabelino y el gótico Veneciano claramente ecléctico. Como un recurso interesante usa en la fachada principal el Pan Coupé (Que es un chaflán visto de planta) siendo este un elemento particular del edificio que es visto como una totalidad es decir como una sola composición, teniendo una altura de 30 metros y teniendo como remate de este una crestería.

De rica ornamentación con distintos elementos como serpientes, manzanas y conejos así como galgos todo ello alegorías a la casa postal , también se exponen  seres fantásticos, elementos de la helvética europea, en el acceso principal y como anclaje  de cadenas la cara de dos leones y una estructura de  herrería  italiana florentina, que recibe a todo el que entra al edificio.

El reloj de la fachada principal  que ofrece al usuario exterior , que aunque no accede al palacio experimenta parte de el al ver la hora que marca, escuchar el sonido de las campanas y que funge como un elemento de referencia.

El interior del Palacio de una planta Funcionalista, remates góticos y ornamentos florentinos sorprende al usuario por la cantidad de detalles que puede percibir y que encuentra que es armónica y en unidad, que se buscó a través del cuidado de la luz con las cubiertas  de emplomados y vidrios en el centro del patio que le dan un color tonal a todo el edificio haciendo ver cada parte y material distinto con una relación entre ellas que lo hace ver como una unidad.

La escalera que es el elemento principal dentro del espacio central maravilla al espectador por el grado de detalle con el cual esta facturada, la herrería de bronce hecho en Italia por la fondería Pignone de Florencia, donde también se realizaron los pórticos, las gárgolas, ventanillas, farolas y  de mármol mexicano logran una composición de unidad en su interior.

La cimentación tipo “Chicago” para aprovechar la cimentación del antiguo hospital, dio el banderazo de la llegada de esta nueva técnica constructiva a nuestro territorio.

Una obra arquitectónica que nos permite ver la eficiencia y la belleza, la composición y la unidad, la perfección en la factura, la fluidez del espacio.

Pero la arquitectura va más allá y puede considerarse, un sistema de signos, ya sea como lenguaje o meta lenguaje, porque comunica un mensaje peculiar, al cual denominamos mensaje arquitectónico.

La significación de la arquitectura es de orden simbólico, ya que la correspondencia existente entre un edificio y la estructura corporal y mental del ser humano hacen posible establecer un nexo entre las configuraciones arquitectónicas y su significado.

Donde además de encontrarnos frente a una entidad funcional, nos encontramos ante una forma expresiva cuyo propósito es el de significar algo. Esto constituye el principio de la semiótica arquitectónica.

La arquitectura puede ser considerada como un sistema de comunicación o de significación. Cuando los mensajes que transmite un edificio no son intencionales, sus significados pueden trascender a lo largo del tiempo y comunicar, en otra época, la posible función , las características de la cultura que lo produjo y las costumbres de las personas que habitan en él, en este caso un recuerdo de la visión arquitectónica del  Porfiriato.

EDUARDO SAUCEDO CARMONA / Sin retorno / Zacatecas, Zac./ 30 Septiembre 2019.

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