El inicio de las Trumpadas

Si en algo tenemos experiencia los mexicanos es en testimoniar intervenciones extranjeras, cuatrocientos años de dominación española, un intento de reconquista, dos intervenciones francesas, la segunda en modalidad de imperio, y por supuesto las asedios de los Estados Unidos, por allá en los primeros años independientes de la naciente nación mexicana y con algo de antelación de los gringos, esos señores de genética expansionista de inmediato provocaron la independencia y posterior anexión de Texas, el abusivo convenio de linderos donde la frontera pasó del rio nueces al rio bravo, la compra de la mesilla, el cautiverio de Antonio López de Santa y los acuerdos firmados con la obtención de tierra para su liberación, el posterior e ignominioso Tratado Mc Lane Ocampo, que de suerte no firmó el Congreso Estadounidense ya que se daba paso libre en el istmo de Tehuantepec a los yankees con tal de que Juárez recibiera apoyo para expulsar al ejército francés y convertir a Oaxaca en un especie de Panamá, en fin, total que al tema de presiones del exterior le entendemos y bien.

En cuanto a desfiguros diplomáticos recientes también tenemos lo nuestro, como olvidar el “comes y te vas” del ranchero francote que esperábamos que cambiara con el tiempo y solo lo hizo para empeorar, cuando en aquella cumbre y por temor al gobierno gringo le dijo al fallecido dictador cubano Fidel Castro que no prolongara mucho su estadía en el país, o bien, recientemente la “brillante” idea de armarle evento de campaña en la residencia oficial de los pinos a Donald Trump, insensatez que después y a toro pasado quisieron vender como un logro estratégico y no resultó ser más que una descomunal torpeza diplomática; ahora y con motivo de la más reciente amenaza del provocador empresario que habita en la Casa Blanca decir que México enfrentó de manera heroica y con resultados dignos de labrar en letras doradas en algún recinto memorable el acuerdo del canciller mexicano con la cancillería norteamericana, donde en el leonino convenio el gobierno mexicano se compromete a adquirir todos los productos agrícolas de los paupérrimos campesinos güeros, además de un programa de contención al asignar seis mil efectivos de la nobel guardia nacional para resguardar la frontera sur y detener la migración que tanto molesta y lastima la “economía” pero sobre todo el discurso del xenófobo Trump y su populista gobierno, todas estas obligaciones unilaterales tienen la condición de la supervisión y complacencia de Trump y si no le gusta la chamba en cuarenta y cinco días aplicará los aranceles progresivos con que nos había amenazado en un principio cuando salió corriendo a pedir cita Marcelo Ebrard.

No es hablar por hablar o escribir por escribir, de ninguna manera hay la pretensión de que a México le vaya mal, lo repiten mucho, pero de verdad es más una barbaridad de quien lo asegura que de quien lo pudiera pensar, la defensa a la crítica debe ser con argumentos pero sobre todo con acciones, si hay muchos que hace mucho tiempo han vivido a la sombra del presupuesto público, pero incluso esos no desean que a México le vaya mal, lo que realmente quieren es que los sigan considerando, si eso no pasa pues ni modo, el cambio era inminente y partidos, políticos y los involucrados en la res pública no lo quisieron entender, le apostaron al establishment y la formula se agotó; vamos tratando de ver en la justa dimensión la campaña de reelección de Trump, éste señor como buen populista aunque sea de derecha, vive obteniendo votos de manera permanente, le importa poco la legalidad, la nación, la convivencia, la decencia, las costumbres o los valores, él tiene una base de votantes con la cual está comprometido y hará lo imposible por complacerlos.

No es Marcelo Ebrard el brillante adalid que impidió la debacle económica del país, tampoco fue el torpe y cándido comendero insulso que pretenden describir, la verdad es que con Estados Unidos nunca hay mucho margen de maniobra, negociar entre naciones que no son pares en términos económicos lo vuelve una misión casi imposible, pues que fácil predicamento, el caso es que lo que el gobierno mexicano compró en recientes días fue tiempo, no sabemos si a bajo costo o fue muy caro, ya los meses o quizás años lo dirán, ¿cuáles son los temas a analizar? Si la amenaza de Trump se refería a un tema de aranceles, quienes tendrían que acudir en compañía del canciller eran los responsables de economía, si estando allá las variaciones tenían que ver con la política migratoria, les quedaba muy a modo gastar algo más de tiempo en llevar a la Secretaria de Gobernación y a los responsables de Migración del País, seguramente la presión, el agobio y la necesidad de detener al loco del norte no les dio tiempo de establecer una estrategia mejor, ya se ganaron algunos pocos días, más que un acuerdo tiene el formato de oferta en calidad de declaración unilateral de la voluntad por parte del gobierno mexicano, pero por el momento no hay más y lo que viene es que se consigan especialistas en crisis y negociaciones internacionales, sobre todo atendiendo a bullís desquiciados, porque Trump apenas arrancó campaña y ya nos demostró que va en serio, el muro ya lo tiene y si lo empezamos a pagar nosotros, solo que no quedó en el Rio Bravo si no en el Suchiate, mucho trabajo por hacer, hay que mandarle ideas al Presidente en lugar de pensar en la desgracia del País.

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