Revocar la decisión y desechar-castigar al que no cumple

„… un hombre no podrá ser justo y obedecer al Papa cuando los mandatos de éste sean contrarios a los contrarios a los de su legítimo soberano.“ Thomas Hobbes. 

El derecho de revocatoria es un instrumento de participación democrática de la ciudadanía que se basa en la teoría de que los electores deben mantener mecanismos de rendición de cuentas sobre los representantes percibidos como funcionarios electos en procesos democráticos. Las razones de revocatoria son diversas y conlleva casi siempre un proceso de petición de firmas, seguida de una elección especial en la que se decide sobre la sustitución del funcionario electo, esto lo expone María Lourdes González en el capítulo de Órganos electivos: composición y períodos electorales del Tratado de derecho electoral comparado de América Latina.

Este es un mecanismo reglamentado en muy pocos países y básicamente funciona en el ámbito municipal y legislativo, vale la pena destacarlo por ser una forma de sui generis de participación democrática en la rendición de cuentas en cargos de elección popular.

En Argentina por ejemplo, está regulado por la Ley 357 de la ciudad autónoma de Buenos Aires y establece el derecho del electorado de la ciudad y de las comunas a requerir la revocatoria del mandato de funcionarios electivos de los poderes Legislativo y Ejecutivo de las comunas, conforme con lo establecido por el artículo 67 de la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El 31 de julio de 2017 escribí en esta misma columna sobre la Revocación de Mandato y sobre otras figuras que resultaban a mi forma de ver las cosas muy necesarias para una verdadera democratización, esto desde luego fue mucho antes que el pasado 14 de marzo de 2019 cuando la Cámara de Diputados aprobó y avaló en lo general reformas constitucionales de la revocación de mandato y la consulta popular con 328 votos a favor con una Iniciativa que en el Congreso de la Unión ahora está causando mucho revuelo. Esta es una figura internacionalmente reconocida como un signo muy efectivo y muy medular de cualquier democracia que se diga progresista y que quiera ser todavía mejor de lo que pueda o no serlo, por lo que resulta  increíble ver como la oposición advierta que esta será la puerta para la reelección. Precisamente decía en 2017 que la reelección ya la teníamos, que era una forma buena y muy saludable pero solamente si también se tiene el Derecho de Revocar el Mandato, no solamente podemos tener elecciones si no hay manera de eliminar el Mandato. Ahora si el propio Presidente de la República se está ofreciendo a someterse a un Plebiscito en el que pueda darse la Revocación de Mandato en el que la gente pueda decir sigues o no sigues, nos sirves o no nos sirves, eres útil o eres inútil.  Y ante esta oportunidad ideal resulta muy insulso y necio que salga el Presidente Nacional de la COPARMEX el empresario y abogado Gustavo A. de Hoyos Walther quien parece ser el perfecto emisario de la ultra derecha mexicana y es muy fácil saberlo por su conducta, sus expresiones y por la línea que sigue y por la línea que pretende dar, no aprovechar la oportunidad que nos da el cambio para hacer precisamente eso, cambios en la estructura del Derecho Electoral que tenemos.

Por otro lado, entre las desventajas de este mecanismo, se arguye que se  contrapone a la noción clásica de la democracia representativa, que limita el ejercicio de la soberanía a la elección periódica de representantes al eliminar la posibilidad de que una siguiente elección determine la salida del cargo. Se dice también que este instrumento transforma los sistemas políticos al dividir y polarizar el espectro político, y que al incrementar tensiones sociales, aumenta los costos económicos del proceso electoral, entre otros.

Sin embargo transitando del escepticismo al optimismo le diré que lo que sigue es aprovechar los vientos de cambio y la participación ciudadana acrecentándola y exigiendo nuevas figuras anticorrupción, las que curiosamente deberán ser como Usted lo sabe figuras democratizadoras que propicien más igualdad y participación abierta: una de ellas es la revocación de mandato pues ¿Cómo es posible que quienes eligen no puedan revocar su decisión y desechar-castigar al que no cumple o a quién ha cometido delitos o irregularidades administrativas graves?; no puede ser que se haya aprobado y estemos por estrenar la reelección de funcionarios y que no podamos prescindir de ellos cuando no sirven para nada o lastiman a la ciudadanía. No puede ser que tengamos que cargar con ellos como condena cuando sólo privilegian sus propios negocios.

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