Una tercera Intifada ¿Es posible?

El conflicto palestino-israelí ha desarrollado un proceso de paz y conflicto irregular y muchas veces en vigor. La búsqueda de seguridad e identidad de Israel con las aspiraciones de autogobierno palestinas y el interés de los vecinos gobiernos árabes por una política compatible con su percepción de sus propios imperativos históricos y religiosos, han colocado a la comunidad internacional y al Sistema de Naciones Unidas, en una encrucijada de alta relevancia, la cual, durante décadas se han buscado los mecanismos a través del uso de la diplomacia y los buenos oficios a dar solución a este conflicto que ha causado inestabilidad política, económica y social en la región, además de la pérdida de miles de vidas humanas.

Por un lado, Israel en sus posiciones de negociación tienden a ser legalistas y buscan obtener garantías de que si se llega a un acuerdo de paz, se le reconozca de manera moral y legal la existencia como Estado judío. Por otro lado, el pueblo Palestino exige que se le devuelvan las fronteras trazadas antes de 1967. Cualquiera de las dos peticiones implicaría una adhesión religiosa y al mismo tiempo territorial entre el mundo árabe y judío. (Kissinger, 2016)

La Organización de Naciones Unidas ha sido un actor clave de este conflicto durante décadas. Hallar respuestas definitivas a las interrogantes que emergen sobre si deben o no considerarse “ocupados” los territorios capturados por Israel en 1967 ha sido un reto para la comunidad internacional por las implicaciones políticas y de multilateralismo que esto representa. Sin embargo, la Asamblea General de Naciones Unidas, así como diversos órganos, organizaciones no gubernamentales y actores de la sociedad civil, han resuelto que la situación de las tierras tomadas por Israel en la Franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Oriental -pese a los argumentos jurídicos que pueda esgrimir el gobierno israelí- es de ocupación y, por tanto, que el Convenio de Ginebra, el Convenio de La Haya y los procedimientos del Tribunal Internacional de Justicia de la ONU, deberían ser aplicados allí. (Bregman, 2016)

Hace 25 años se vislumbraba en el horizonte por primera vez un acuerdo de entendimiento que pondría fin al conflicto árabe israelí, patrocinado por el Presidente Americano Bill Clinton. Los llamados acuerdos de Oslo, supondría que edificarían los cimientos y los pasos para llegar finalmente a un acuerdo de paz; sin embargo, 25 años después, estos acuerdos no trajeron una solución para el conflicto sobre Jerusalén y para los palestinos refugiados que reclaman su derecho a regresar. La aparición de grupos como Hamas y otros factores, como una segunda intifada provocada en un inicio por Ariel Sharon, frustrarían estas negociaciones. Ted Gurr, uno de los mayores especialistas en materia de conflictos, señala que la confrontación civil a menudo es el resultado de la diferencia entre aquello a lo que los individuos creen tener derecho y lo que realmente reciben. Para Ahron Bregman, en su libro “La Ocupación”, fue justamente lo que ocurrió en la Segunda Intifada, que fue no de la conducta individual de personas como Sharon, Barak o Arafat, sino más bien de la disparidad entre lo que los palestinos habían estado esperando del proceso de paz y lo que realmente obtuvieron, máxime cuando lo que obtuvieron no lograba satisfacer ni si quiera sus necesidades más básicas.

Posterior a esta Segunda Intifada, la intervención de Estados Unidos como interlocutor del conflicto, ha continuado siendo clave. La administración de Clinton con el plan formulado en Camp David y un último esfuerzo con los llamados “Parámetros de Clinton”, la Hoja de Ruta en la administración de Bush, las 67 líneas de Obama hasta los Principios de Kerry, han buscado solucionar el conflicto palestino-israelí sin obtener éxito.

Los hechos recientes sobre la posibilidad de una tercera intifada han recobrado sentido tras el traslado de la Embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén, por supuesto, las manifestaciones del pueblo palestino han estado presentes en los últimos días y han sido reprimidas por el ejército israelí, provocando decenas de heridos y fallecidos. El Presidente Donald Trump está determinado a que Estados Unidos siga siendo actor clave en este proceso, por lo cual ha llamado a que este será el “Acuerdo del Siglo”; Trump en los últimos días ha volteado todos los artefactos a su alcance a favor de los israelíes, declarando que no habrá capital para Palestina en el Este de Jerusalén, que los refugiados palestinos no tendrán derecho de regresar, que no habrán asentamientos en la periferia y no reconocerá al Estado Palestino como tal. (Indyk, 2018)

Sumado a esto, hay que recordar que en el año del 2011 el Estado de Palestina fue reconocido por las Naciones Unidas, el cual logró obtener un enorme respaldo internacional, con un gran potencial simbólico y que dejaron en evidencia al Estado de Israel al promover políticas de disuasión para evitar que se reconociera la membresía del Estado Palestino a la ONU. (Urrutia, 2011) Estas acciones han tensado nuevamente la situación palestina-israelí y pone en grave peligro la seguridad internacional y la estabilidad de la región.

Sin duda alguna, es urgente y necesario retomar las conversaciones de paz, y que la comunidad internacional sea quien ejerza presión para que sean las Naciones Unidas quienes funjan en esta ocasión como interlocutores en este proceso y pongan de una vez final a este conflicto.

@alexsol26

Indyk, M (13 de septiembre del 2018) The day Iraeli-Palestinian peace seemed within reach recuperado el 23 de septiembre del 2018 de: https://www.brookings.edu/blog/order-from-chaos/2018/09/13/the-day-israeli-palestinian-peace-seemed-within-reach/

Ahron Bregman. (2014). La Ocupación. Ciudad de México: Crítica.

Henry Kissinger (2016). Orden Mundial. Ciudad de México: DEBATE.

Urrutia, P. (Septiembre 2011). Conflicto palestino-israelí: ¿Más proceso que paz? Veinte años de propuestas frustradas y claves de la nueva encrucijada. Quaderns de Construcció de Pau, 23, 49. 23 de septiembre del 2018, De http://escolapau.uab.es/img/qcp/conflictopalestino-israeli.pdf

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