Esa persona

Es así como esa persona se va volviendo importante para ti, es así como se va metiendo no solo debajo de tus sabanas o debajo de tu piel, si no debajo de cada mirada, sobre tus labios, por encima de tus pensamientos, se convierte en el porqué de esa sonrisa que tienes pintada en el rostro, ni tu misma entiendes como ocurrió. Pasa de ser un no es nadie a transformarse en tus porqués en tus tal vez, sabes que es el motivo de que ahora tus ojos se vean tan distintos, todo esto pasa casi sin avisar, pero es tan normal que el te haga sentir de este modo que olvidas por completo la posición en la que te encontrabas antes de que todo comenzara.

Lo que en realidad nos causa tanto problema o temor no es la posibilidad de enamorarte a lo que realmente le temías era a que el se enamorara de ti, no era difícil sentir lo que estabas sintiendo, era difícil escucharlo de el, lo que el tenia para decir de ti o de su sentir, no porque no fuera algo hermoso lo que tuviera para decir, es que sabias que aunque sus labios lo pronunciaran y sus ojos te lo gritaran, esa maldita forma tan tuya de ser, esa forma tan tuya de protegerte, no te permitía creer en sus palabras pronunciadas o en el lienzo que pintaba cada noche sobre tu piel.

Pero cada que intentabas escapar o fingías querer hacerlo, para ese momento ya lo amabas hasta los huesos, dejo de ser fácil tener el control, dejo de ser fácil el ir y venir sin ningún sentir, compromiso, miedo o dolor, se volvió algo imposible el no querer sentirlo cerca a cada instante, a cada roce, a cada suspiro, no amar esa forma tan suya de hacerte sonreír a la mitad del día diciendo lo bonita que estas, o un te quiero podría bastar, como no volverte loca esa manía suya por hacerte enojar, hacerte rabiar, al grado de que solo te interese molestarte indignarte no hablarle o aprovechar la oportunidad para salir corriendo del lugar pero justo antes de que puedas enfadarte por completo hace algo sorprendente entonces logra hacerte reír, para que si quiera pienses o puedas odiarlo por un instante, si quiera tener motivos para decir me voy, eso, eso que el hacia en esos momentos no tiene precio, te quedas callada con esa sonrisa pintada en tu rostro y piensas, como demonios lo hace, como lo vine a encontrar justo en el momento menos esperado, pensar que jamas buscaste o esperaste algo así y sentir que ahora lo deseas con cada parte de ti.

Eres consciente que estar a su lado era algo que realmente disfrutabas, disfrutabas su compañía, hablar con el, escucharlo o simplemente quedarse en silencio porque quien necesita palabras cuando sus miradas hablan mas de la cuenta, disfrutabas que te hiciera sonreír pero mas disfrutabas hacerlo sonreír, verlo hacer esas cosas que ama que lo apasionan que lo vuelven tan el, no importa que, podrías quedarte horas escuchándolo, querías escuchar, saber de el, saber de aquel pasado que lo hizo ser el hombre que es hoy, quería seguir volviéndose parte de ese presente y amabas escuchar lo que buscaba para su futuro, esas metas por lograr, esos sueños por cumplir, ser quien festejara cada una de sus victorias a su lado pero sobretodo ser quien estuviera en los momentos de crisis, desesperación, esos momentos donde todo esta a flor de piel, donde una mano, un abrazo o las palabras correctas vuelven todo un poco mas sencillo, y tal vez solo tal vez todo es mejor junto a esa persona aunque todo pareciera ir mal y es que ese abrazo al final del día te devuelve el aliento que creíste perder en alguna parte de tu día, por una pelea, un disgusto, o algo que solo no salió bien, “esa persona”, ese aliento, ese abrazo podría ser el, para ella, como lo fuiste tantas veces, ese abrazo que te recupera el aliento de esa persona podría ser ella, con quien el disfrute hablar al caer la noche, la luz ocultarse y el alma sincerarse.

Elsbeth Pujol del Castillo / Confesiones Rosas / San Luis Potosí, S.L.P.

Be the first to comment

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.