La responsabilidad de compartir

Poseo la gran fortuna de ser hijo de un par de profesores de primaria que hoy se encuentran en retiro voluntario jubiloso, por ahí les llaman jubilados por esa razón, desde que tengo uso de razón, que no siempre conciencia, la docencia se viene a mí de manera natural, mi madre y padre profesores de profesión pero más aún de vocación, sembraron en mí el respeto por la trascendencia que implica pararse frente a un grupo, ellos llevaron la práctica docente como un verdadero apostolado, desde iniciar sus labores en los albores de los setentas en comunidades retiradas y de difícil acceso, con la llegada a alguna cabecera municipal para transbordar y seguir en bestias o a golpe de calcetín para llegar a la comunidad destinada y transmitir con entusiasmo lo adquirido en las aulas de la Escuela Normal y sobre todo la experiencia personal de cada uno, en pupitres desvencijados si los hubiese y solo armados de tiza o gis como se le suele llamar, un pizarrón verde y unos ojos curiosos de los niños que acudían para aprender a leer y hacer cuentas.

Las prácticas poco claras y la proclividad por parte de las autoridades educativas con el sindicato para establecer beneficios y emolumentos en base a criterios de compadrazgo, servilismo personal o disciplina partidista, fueron motivo de charlas encendidas y apasionadas por parte de mis padres y algunos de sus amigos colegas cuando se juntaban en sus tertulias y nosotros chiquillos chismosos parábamos la oreja, probablemente eso y algunas otras razones influyeron para que mis hermanos y yo decidiéramos no tomar la carrera formal de la enseñanza.

La educación más que un tema de agenda pública nacional, regional o local, es un tema de calado fundamental, todas la ciencias y profesiones forzosamente deben pasar por el terreno de las aulas, economistas, médicos, abogados, ingenieros, y etcéteras y más etcéteras, investigadores que hoy resuelven problemas de salud o consiguen cambios sociales trascendentes mediante años y años de estudio,  tuvieron frente a sí, a algún profesor o profesora que con mucha paciencia les ofreció un panorama de superación y les sirvió de inspiración; las cacareadas y ahorita más, reformas estructurales, dejaron para mejor momento hacer algo de verdad importante en el tema educativo y se concentraron en recuperar el poder corporativo político que les había arrebatado el sindicato y de reforma estructural no tuvo nada, solo administrativa y laboral y mal llevada por cierto.

No pretendo abonar a aquellas teorías conspiracionales que aseguran que los Gobiernos llevan a cabo análisis concienzudos y para seguir controlando a un pueblo sometido la primer maniobra pública consiste en mantener a la sociedad ignorante, digo, si, desde luego la ignorancia ha sido benéfica para los intereses de muchísimas personas, basta con dar una pasada por las grandes fortunas que se han conseguido produciendo basura por parte de Televisa y Tv Azteca, y muchas cosas más que solo la ignorancia pueden conseguir, como entregar un voto por una migaja de recursos públicos materializado en algún útil escolar que servirá para jugar o para que el papá lleve el lonche al trabajo, pero que no cumple con los requerimientos mínimos de calidad y practicidad, en fin, sí, si es la educación una de las rutas de salida para resolver la mayoría de los problemas de este País, tal y como lo pensó Vasconcelos, desgraciadamente siempre pasa a segundo término, ésta vez porque ya no es tan demagógico ni rentable electoralmente, ya se perdió hasta en el discurso, hoy solo sabemos de índices criminales, corrupción e impunidad, esa es la agenda nacional.

Ya es diciembre y no sé ustedes, pero a mí me vienen sentimientos reflexivos, es un mes de cierre de ciclos, le das vuelta al calendario, te quejas del desenfrenado consumismo pero tienes hijos y cambias de opinión, en fin, para mi termina un cuatrimestre más en la enorme responsabilidad que me encomendó la Maestra Lorena Ahumada González, Coordinadora Académica de la Universidad Interamericana para el Desarrollo (UNID), Lore, muchísimas gracias por la consideración y la confianza en que algo puede aportar mi persona en ésta gran institución, a mis alumnos de Práctica Procesal Civil y Contratos en Derecho Civil, mis respetos y admiración, dos grupos entusiastas y responsables, que gusto saber que los próximos abogados que andarán por aquí son gente de bien, espero haber sido de utilidad y si en algo fui torpe o poco preciso no fue mi intención así que espero me disculpen, pero en verdad es una cuestión muy delicada la responsabilidad de compartir conocimientos, siempre he dicho que me pagan por enseñar, pero en verdad siempre termino aprendiendo, muchas gracias…

HUITZI ORTEGA PÉREZ / Tepantlahtoani / San Luis Potosí, S.L.P. / Noviembre 5 de 2017.

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