50 años sin el Che

Medio siglo ha transcurrido desde el asesinato de quien fuera el mayor ícono de la izquierda latinoamericana, Ernesto “Che” Guevara quien pasó la mayor parte de su vida en busca de una verdadera justicia para los pueblos de América Latina.

Mucho se ha escrito sobre el Che, sobre su faceta como guerrillero, diplomático, médico, escritor, padre y ser humano.

Parte fundamental de lo que motivó y formó sus convicciones como socialista, fueron sus viajes por varios países del continente, donde pudo observar de cerca las carencias en las que se encontraban mujeres, hombres e infantes, además del atraso social de innumerables comunidades urbanas y rurales. Es a partir de ahí que dejó su país y busco concretar la idea de una Latinoamérica con desarrollo y bienestar para  todos.

Durante estos viajes fue que estuvo en México por dos años, donde conoció a Fidel Castro, planeando la revolución cubana, junto con Camilo Cienfuegos, Raúl Castro y otros 82 revolucionaros que cambiarían la historia no sólo de Cuba sino de toda América Latina.

Con la victoria de la revolución en Cuba ganó mayor protagonismo, derrocando al régimen de Fulgencio Batista, consumando el primer régimen socialista, en América Latina, en plena guerra fría entre EEUU y la extinta URSS. Así la isla se convirtió en un aliado estratégico para el Kremlin.

El Che ocupó varios cargos en la administración pública cubana y misiones diplomáticas, llegando a dirigir un histórico discurso en la sede de la ONU. La política de nacionalización de empresas privadas llevó al entonces presidente Eisenhower a declarar terminadas las relaciones diplomáticas de EU con Cuba.

La defensa de Bahía de Cochinos por el régimen castrista, pondría en evidencia la participación de la CIA como patrocinador de un levantamiento de cubanos para retomar el poder en la isla y la intervención del gobierno norteamericano en otros países que simpatizaban con la revolución cubana.

El Che siempre vio su lucha contra el imperialismo, como una cruzada internacionalista, así formó las bases para la instauración de movimientos de guerrillas en diferentes países, a pesar de la negativa de los propios partidos comunistas, que no compartían su visión de tomar el poder por la vía de las armas. Incluso patrocinó un grupo guerrillero en su natal Argentina que fue abatido por el régimen.

Vio en la lucha de la República del Congo una oportunidad para demostrar la importancia de la Revolución como mecanismo emancipador de los países del llamado “tercer mundo” como África, por lo que renunció a todos sus cargos en Cuba, para sumarse a la guerrilla en ese país, despidiéndose con la famosa frase “Hasta la victoria siempre”.

Fue meses después cuando se reincorporó a la vida guerrillera, ahora en Bolivia, que por su posición geográfica consideró que podría expandir la revolución socialista. Pero no fue así, pues el Che encontró la muerte a manos del ejército boliviano apoyado por la CIA, hace 50 años.

Hablar del Che, en la época actual, sin duda nos trae a la mente la inacabada obra revolucionaria del pueblo latinoamericano como lo pensó este gran personaje. Si el Che hubiera sobrevivido como lo hizo Fidel y el pueblo de Cuba al bloqueo norteamericano, seguiría luchando por la independencia económica y política de los países en vías y de desarrollo. Como repensar al Che en el siglo XXI, cuando seguimos siendo economías dependientes del imperialismo renovado de EU. Cuando después de superado el bloqueo, nuevamente se plantea una política aislacionista para países como México y Cuba por parte del gobierno de Trump. Yo me imagino que sí el Che viviera, estaría luchando junto al pueblo de Cuba y de México, por derribar los muros que hoy se pretenden imponer, paradójicamente en la era del libre mercado. Lo haría con convicción libertaria y sin perder la ternura jamás.

@Rene_Froc

René Sánchez Juárez / Praxis política / Octubre 11 de 2017.

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