Había una vez

ALEJANDRA GARCIAMONTES / De Chile, Mole y Pozole / Oaxaca, Oax.

Un príncipe, amado desde antes de la concepción, anhelado en el momento en que su madre tuvo uso de razón siendo aun una niña y soñado desde la primera vez en que sus padres se tomaron de la mano…

image

Con el paso de los años ese niño se convirtió en adolescente, joven y hombre, un hombre de corazón de hierro, impenetrable lleno de ataduras, de obstáculos y de oscuridad; esa oscuridad y frialdad que solo el amor mas puro podría iluminar y derretir.

El éxito no se hizo esperar todo lo que hacia, se convertía en una verdadera odisea llena de aplausos, alabanzas y con ello el ego y su soberbia crecían, todo era un camino de competencia para ganar sin importar a quien usara de tapete o escalón para lograrlo, esto a su paso dejaba más ilusiones muertas que cadáveres en un panteón.

Todas las princesas querían un hombre así, lleno de cualidades sin importarles nada, pero el, ese príncipe anhelado no podía fijarse en nadie, su soberbia no lo dejaba ver mas allá de su lucha con dragones, espadas volando, fuego atacando y el triunfando…

Un día de primavera llego una plebeya mugrosa al reino, portando con orgullo un vestido roto, unos zapatos viejos que tenían en su historia miles de kilómetros recorridos y un  viejo libro bajo el brazo; esa niña plebeya de grandes y profundos ojos negros era la comidilla de toda la comarca, sus pasos iban marcados por una sonrisa amable o una inclinación de cabeza respetuosa.

Pasaron los días y esa niña andrajosa siempre se sentaba a leer bajo un árbol situado frente al ventanal de la habitación del príncipe, quien movido por la curiosidad la miraba desde el ventanal, con su mirada fría y escrupulosa, algo tenia esa harapienta que llamaba su atención.

Ellos eran tan diferentes, pero algo los unía y esos encuentros a distancia se hicieron costumbre, se observaban por segundos y seguían su rutina; hasta que un día por fin el soberbio príncipe decidió acercarse con pasos decididos y su soberbia por delante, llego al lugar donde tranquilamente la vagabunda leía .

Ella lo observo calladamente, el trataba de descifrar ese feo y viejo libro que tenia entre las manos, hasta que una risa burlona puso fin al silencio…

” Ese viejo libro esta hechizado y por ello no puedes dejarlo”

Ella lo miro con sus grandes ojos con compasión y con una sonrisa en sus labios contesto ” Solo son enseñanzas de la vida, este libro siempre va conmigo pues en el encuentro el refugio que necesito, los consejos necesarios y la fuerza para vivir”

El príncipe con más curiosidad aun y con un destello de humildad estiro la mano para tomar el libro …

Ella extendió la suya y se lo dio ….

La sorpresa del príncipe de hierro, fue encontrarse un libro en blanco, no lo podía creer volvió a mirarla con muchas preguntas y ella solo dijo:

“Escribe el libro de tu vida, siembra en el la cosecha que quieras recoger y ama cada letra que plasmes pues de ello dependerá tu futuro”
¿Y ustedes que tipo de libro estan escribiendo?

@garciamontex
https://www.facebook.com/garciamontex

U

1 Comment

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.