¡Honor a Quien Honor Merece!

Por Aracely Tello/ Es Mi Sentir/ San Luis Potosí.

Lunes 17, septiembre 2012.- Quienes se comprometen a estar al frente de un cargo público de primer nivel deben de considerar los beneficios que esto les otorga: un  excelente sueldo, compensaciones, auto, teléfono, caja chica, horario sin restricciones, gente a tu disposición, secretarias, choferes, servicio médico de primer nivel y no pueden faltar quienes logran que tu autoestima se vaya más allá de los límites del ego propio, los aduladores.

A casi quince días de entregar la Presidencia Municipal de la capital, sería de gran ayuda que la Presidenta Victoria Labastida le hiciera un recuento real de los daños al Presidente entrante Mario García Valdés, principalmente de la gente a su cargo que no cumplió con su cometido.

Es del todo preocupante el hecho que por una relación amistosa, se le permitiera a la Oficial Mayor María Eugenia Mijares Sáenz, que se ausentara constantemente de sus responsabilidades, al grado que tiene lo que va de este año sin poder estar al frente de su cargo, se dice que lamentablemente ha estado enferma, problema que por cierto, es causal de despido en mandos menores.

Sin embargo corrió con la fortuna de tener a Patricia Juárez Segura y a  Juana María Acosta Domínguez, la primera en mención es  quien se ha quedado al frente de esa oficina, con la responsabilidad y nivel que requiere un puesto de esa envergadura, y quien, por cierto,  ni siquiera aparece en la página Web del Ayuntamiento; y Juana María, coordinadora general de Recursos Humanos, es quien no ha limitado su apoyo a la licenciada Juárez para la entrega de esa Oficialía.

Nada mal la licenciada Mijares en haberlas invitado a formar parte de su equipo, pues sabía que serían ellas quienes arrastrarían el lápiz, mientras ella goza de los beneficios de ser de primer nivel, a más de ser ella quien se llevará  el estremecimiento que provoca el aplauso. Es realmente lamentable, y no se extrañen que sea ella la que continué con trabajo, y su equipo, en la calle.

Similar ha sido el caso del Secretario del Ayuntamiento , Emigdio Ilizaliturri, contrario a quienes lo subestimaron, resultó tener la capacidad de mediar entre la inestabilidad que deja una Presidenta Municipal que persiguió  solo sus objetivos personales al abandonar su cargo que fue de elección popular, para llevar a cabo una  candidatura al Senado, la cual, por obra Divina perdió.

Tiempo que tuvo que lidiar con los abusos de corrupción de quien quedó al  frente  del Ayuntamiento, por unos cuantos meses, Luis Miguel Avalos Oyervides, a quien solo por la obra de la Alameda, se le entregaron a la vieja usanza, en efectivo y en maleta, $7 millones de pesos, beneficio que le otorgó el que uno de los socios de la constructora es hermano del Ing. Jorge Alberto Chavarría Vega, Director de proyectos, Licitaciones, Seguimiento y Evaluación. Como quiera todo quedó en familia. Y nos preguntamos ¿a caso nadie se da cuenta de esto, o bien todos estarán coludidos?

Es lamentable que quien debiera de haber cuidado la imagen del Municipio, así como la de su Presidenta, el señor Javier Rodríguez, director de Comunicación Social, se dedicó a sus asuntos personales y muy pocas veces se encontraba en su oficina, a más de haber hecho ludibrio de los medios cibernéticos, que puntualmente avisaban de las anomalías que se vivían. Quizá si hubiera hecho su trabajo, nos habría permitido ver el lado bueno de la Presidenta.

Salida en hombros tendría Victoria Labastida, si denuncia, aunque fuera en el último momento a quien cometió actos de corrupción en su administración y despidiera sin goce de ningún beneficio a quien no supo estar al frente de la responsabilidad que como Presidenta encomendó.

Ojalá que Mario García Valdez, haga el ejercicio de ir a cada uno de los departamentos y pregunte cómo ha sido el desempeño de quienes conforman los medios y altos mandos, así como  llegar exigir a él o los sindicatos, para reacomodar, incorporar, capacitar o bien liquidar, a quienes no cumplen con su trabajo. Labor de Titanes; sin embargo, es necesario brindar  ¡Honor, a quien Honor merece!