- Maravilla: “Si hace falta, la revancha se la doy mañana mismo”.
Por Horacio Pagani, enviado especial a Las Vegas/ El Clarín.
Sábado 15, septiembe 2012.- Fue muy superior durante casi toda la pelea ante Julio César Chávez Jr, pero en el último round el mexicano casi lo noquea. En las tarjetas, el argentino se proclamó campeón en fallo unánime.
Lo había escrito Sergio Martínez (50-2-2; 28 KO): “Estoy a un paso de traspasar la historia con los puños”. Y tenía razón. Porque esta madrugada, pulverizó los condados que protegían los más dulces recuerdos. Y se metió de lleno en la historia. El hombre Maravilla hizo de Julio César Chávez júnior (46-1-1 y S.D; 32 KO) una pobre caricatura, que de grande sólo tuvo el nombre. Lo derrotó por fallo unánime. Las tarjetas: Christodoulou: 117-110, Byrd:118-109 y Moretti 118-109. Para Clarín fue 118-108. Así, a los 37 años, Martínez recuperó el trono. Y el título, ese que, por fin, descansa otra vez en su cintura. La gloria parece estar enamorada de su boxeo de puño y letra. No cualquiera conquista ocho coronas (en 3 categorías) a lo largo de una carrera profesional. “Este triunfo es para todos los argentinos, muchas gracias. Mi victoria va dedicada también a toda la gente mexicana por su fiesta de Independencia”, dijo Martínez, después de haber hecho justicia por mano propia.
Lo cierto es que en el Thomas y Mack Center, Martínez se dio el lujo de reconquistar el título mediano del Consejo Mundial (CMB), esa vieja obsesión. Vieja porque hace más de un año que esperaba recuperar la corona, cuando fue obligado a renunciar al título.
Aquí, en la ciudad del juego y de los placeres, Martínez cumplió con los pronósticos y con todas las expectativas que había generado. A punto tal que más de cinco mil argentinos le estuvieron “haciendo el aguante” en las tribunas de un estadio en donde hubo casi 20 mil personas. Nunca antes se había visto tanto movimiento para seguir una batalla de un compatriota. Ni con Monzón, ni con Martillo Roldán. Histórico. Además, la actuación de Maravilla “pagó el pasaje”.
Martínez ganó porque posee un arsenal de recursos que Chávez ni por asomo tiene. Hasta se podría decir que el boxeo de Maravilla es como la belleza de un haiku- poesía japonesa- porque todo es breve, contundente y estético. Se quedó con todos los asaltos, salvo el último, que al final le dio un toque dramático a una pelea histórica.
Desde el vamos ya quedó marcada la diferencia de características de ambos púgiles. Porque Chávez es once años más joven, y 6 centímetros más alto que Martínez. A pesar de esa supremacía física, el azteca se mostró cauto en el primer round. Maravilla, sabiendo de estas desventajas, hizo valer su mayor alcance de brazos (6 centímetros más largos que los de Chávez), dominó las distancias, y así peleó toda la noche a su gusto. La primera parte de la pelea fue una exhibición del quilmeño. Dominó cerebralmente, inquietó con su guardia de brazos caídos, y lastimó con sus ascendentes zurdas.
Poco a poco, Martínez iba creciendo y Chávez, estático, intentaba acortarle el ring: en el cuarto, logró llegar con una derecha a fondo, pero fue sólo un espejismo. Porque Martínez se recompuso y con su 1-2 ganó el round y empezó a machacar el rostro del mexicano.
Martínez mostraba la versatilidad de un estilista, todo el tiempo con la guardia baja, con una amplio abanico de golpes y de ángulos de disparo. Chávez tiraba frenado los envíos, aunque sin convicción a veces, porque temía la réplica del argentino. En la segunda parte, Martínez, con un estado atlético extraordinario, pisó el acelerador: brilló en el sexto y el séptimo round le hizo sangrar la nariz a su rival. Se tomó un respiro en el 8° y en el 9°. De todos modos, no había riesgos para Maravilla, salvo un pequeño corte que sufrió en el párpado izquierdo. Su velocidad de brazos y de piernas eran demasiado para el hijo de la leyenda. Sobre el final, Chávez se la fue a jugar, guapeó, y recibió una paliza. Así y todo, Martínez no terminó a lo grande. Porque Chávez lo tiró con un cross de mano izquierda y Maravilla recibió la cuenta en el último asalto, quedó groggy. Y hubo emoción. Se paralizó el corazón de los argentinos. Igual, el oficio del quilmeño le permitió terminar de pie y manejar la situación. Fue un gran susto. No más que eso. Maravilla ya tiene entre ceja y ceja a Floyd Mayweather Jr. el mejor peso por peso del planeta. ¿Habrá que esperar hasta noviembre del 2013?
- Maravilla: “Si hace falta, la revancha se la doy mañana mismo”.
Ni la felicidad por la exhibición que dio ante Julio César Chávez júnior le hizo bajar la guardia a Sergio Maravilla Martínez. Desafiante, redobló la apuesta y, consultado respecto a si está dispuesto a darle la revancha al mexicano, indicó: “Si hace falta, la hacemos mañana mismo”. Y admitió que le gustaría defender en la Argentina el título mediano del Consejo Mundial (CMB).
“Si él quiere revancha, estaría bárbaro. Le pegaría 11 ó 12 asaltos más. Hasta 24 le pegaría”, dijo el flamante campeón, entonado por la amplia superioridad que consiguió a lo largo de toda la pelea y que reflejaron las tarjetas del jurado: Christodoulou, 117-110; Byrd,118-109 y Moretti 118-109.
Sobre el último round, en el que un golpe de Chávez lo mandó a la lona y puso en riesgo su triunfo, Maravilla contó: “Me agarró bien con un gancho de izquierda, me tomó fuera de balance y fui al suelo. Vendió cara su derrota”.
De todos modos, el quilmeño dejó de lado la disputa dialéctica con su rival y destacó su actuación. “Pienso que Julio lo dio todo esta noche, hizo una gran pelea, más de lo que yo esperaba. Mostró que tiene corazon y hasta el final no se rindió”.
Chávez, en cambio, respondió como en la previa a la pelea, con otra chicana: “En una revancha creo que le puedo noquear”.
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