Por Ana María Segura/ San Antonio, Tx.
Sábado 15, septiembre 2012.- Entre política y políticos se decide la suerte de un pueblo, y por si fuera poco, de no salir bien el experimento se les culpa a los gobernados de las malas decisiones tomadas a la hora de ejercer el voto.
Con el tiempo lo comprenderemos en México aun y cuando no nos alcanza nuestra capacidad de asombro para entender como es que sigan dándose cientos y cientos de crímenes y todavía la Organización de las Naciones Unidas no se da por enterada que son miles los muertos y que pocas son las respuestas, y me refiero a la actuación de la justicia, no a cerca de las respuestas de quienes fueron los insolentes. Eso, ya lo sabemos y de sobra.
México con un nuevo Gobierno en puerta y su vecino del Norte con una elección a pocas semanas de desarrollarse y en donde después de las respectivas convenciones partidistas; los aspirantes al próximo cuatrienio gubernamental, se han dicho de todo y se han criticado por todo sin atreverse a echar un vistazo al pasado que los precedió y en donde ambos partidos en sus momentos de gobierno embadurnaron de lodo y demás deshechos a la ya deteriorada sociedad norteamericana.
Parece que ambos pueblos enfrentan la enfermedad mortal de la apatía y la nula credibilidad hacia sus Gobernantes. Se me ocurre -en el tenor de las cosas imposibles- o que los pueblos cambien a sus gobiernos o que los gobiernos, pese a su discurso deteriorado y sus vanas promesas, cambien a su pueblo.
Que tal si las nuevas autoridades mexicanas cambian a su pueblo y que tal si los políticos norteamericanos se dedicaran a gobernar a los pueblos latinos, que ya poco les falta por aquello de la inmigración, y entendieran que para gobernar no solo hacen falta millones de dólares o de pesos mexicanos para emprender y desarrollar una campaña, que las campañas electorales nunca debieran cerrarse así como esa frase tan desgastada y cursi del amor “regar esa planta todos los días para que el enamoramiento electoral no sucumba”.
Jajajaja, diría Carlos Marx…Utopía, pero nada que no hayamos soñado deja de ser una ilusión, y es que no solo nuestro papel como electorado culmina el día de la elección; ese nunca acaba porque quien elige tiene la fuerza y ese es el pueblo. Podremos equivocarnos en nuestras decisiones, pero sabemos enmendar nuestros errores.
Hoy por hoy las decisiones en México ya están tomadas, en materia electoral, eso no quiere decir que el dolor sea permanente o la felicidad duradera (de la forma que les agrade) pero en este lado del charco en el mes de Noviembre la decisión será formalizada, y espero ser parte de esta fiesta ahora nueva para mí, en que los Norteamericanos o continúan con un gobierno que no ha podido remendar los grandes hoyos y no menos pequeños que los baches en San Luis en tiempo de lluvias, o se pronuncia por un nuevo gobierno Republicano que para ser precisa, dejó en pésimo estado la economía de los gringos y no hay varita mágica, ni bola de cristal que remedie tan inverosímil desparpajo.
México con un terrible cáncer, cuyo nombre es el narcotráfico y cuya cura aún no ha sido descubierta, ni siquiera para Colombia, un generoso país con 50 años de agonía entre guerrillas y narcos. Del otro lado y vecino nuestro hacia el norte con una carga dramática de problemas sobre todo de índole económico, social y cultural, como dirían los retóricos “Una torre de babel cualquiera” por aquello de que si una cultura homogénea es difícil de tener puntos en común; mucho menos un país con una diversidad cultural y de idiomas que no logran ponerse de acuerdo.
Entre política y políticos que no debiera ser tan malo el concepto de nuestras democracias, también habemos pueblo y este pueblo de aquí o de allá requiere de acciones para ayer, requiere una toma de decisiones que frene la violencia y que frene la caída en la economía de los de acá y por qué no, también la de allá.
No solo basta con haber llegado al trono se requiere que se conserve el enamoramiento precoz de las masas hacia sus gobernados. De este lado se requiere mas que promesas para llenar un bolsillo vacío y las dudas de cómo se contará el voto. Se necesita que se ejerciten las acciones necesarias y que de una vez y por todas los votantes llevemos la agenda de los políticos y con lápiz y papel en mano hacerles saber que están perdiendo el rumbo.
De este lado por aquello del amor a primera vista, se me ocurre y me enamora esta idea, que por lo pronto el Presidente Barack Obama, quien corre por su segundo turno y el óltimo, ya está entregando los primeros papeles migratorios a cientos de jóvenes que ya se pueden contar y aceptar como “legales” solo espero que todos y cada uno de los miles y miles de víctimas de los malos gobiernos latinos y peores gobiernos gringos tengan por fin una noche de sueño reparador.
“El que no cree en la magia nunca la encontrará.”: Roald Dahl.
Hasta la próxima.
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