Por Mónica Alfaro/ 90 Grados/ San Luis Potosí
Jueves 30, agosto 2012.- Por medio de las redes, la sociedad potosina ha manifestando su desacuerdo con el proyecto que Zandejas Arquitectos tiene para convertir al antiguo Cine Avenida, ubicado en la avenida Carranza, en un elegante y moderno hotel de 4 estrellas. ¿Es justo o no que suceda esto con un inmueble propiedad de un particular? ¿Hasta donde llega la libertad de hacer con lo nuestro lo que nos de la gana? Claramente hay miles de opiniones válidas a favor y en contra del proyecto, pero este tipo de conflictos no deben dirimirse en las redes sociales solamente, pero se hace asi por la ausencia de leyes locales declaren y regulen el patrimonio construido en el siglo XX, pues parece que a las autoridades de nuestra ciudad solo les cuenta como patrimonio aquello que parece antiguo, lo barroco o lo neoclásico.
La solución ya está en manos del Congreso local quien, seguramente gracias a sus múltiples ocupaciones, no se ha dignado a resolver el Proyecto para la Protección del Patrimonio Tangible e Intangible del Siglo XX que la asociación civil Vivir Más le presentó desde ya hace un buen tiempo, y en cuyo catálogo se incluye toda la documentación de este inmueble.
Desgraciadamente para que haya una defensa formal y efectiva de cualquier edificio emblemático (sea una iglesia, un cine, un parque, etc.) debe partir de una declaratoria a de patrimonio que permita a la sociedad reclamarle a la autoridad su cuidado y custodia; y no por medio de una guerra ridícula a palos de ciegos entre iconoclastas y redes sociales, donde no hay un grupo real amparado por la ley que se haga oír realmente, y si un proyecto legal para intervenir el edificio.
Nos guste o no el Art Decó, el Cine Avenida es un ícono arquitectónico potosino que nos rememora ese estilo afrancesado de principios del siglo XX. Inaugurado en 1947 este representativo edificio recibía a los cinéfilos de entonces en un suntuoso vestíbulo, alguna vez elegantemente decorado con canceles y chapas de brillante bronce, cristales biselados y maderas talladas con motivos vegetales que han ido perdiendo gracias al tiempo y el descuido, dejando tras de sí un triste edificio tan grafiteado y sucio que ahora corre el peligro de ser destruido.
La sociedad en defensa del patrimonio ya se organizó, ya consiguió que ese proyecto fuera autorizado por el Congreso Federal y por CONACULTA. Solo falta, como siempre, que nuestros diputados agarren su papel y defiendan lo que sus votantes quieren evitando así la ceguera selectiva de las autoridades y la pleitesía reverenciada hacia algunos proyectos de reformas y restauración.
Todos estamos de acuerdo que el reuso de ese inmueble es urgente y necesario , tanto para sus dueños como para los que gozamos de su presencia en la más hermosa avenida de nuestra ciudad. El progreso no debe pararse por falta de leyes que regulen y defiendan el patrimonio. Ese orgullo que sentimos por la belleza de nuestra ciudad no debe seguirse defendiendo solo A palos de ciego.
Be the first to comment