Por Ana María Segura/ San Antonio, TX.
Sábado 18, agosto 2012.- Si algo mueve es la esperanza, si algo mueve es la energía de la juventud y la apuesta por ese optimismo que solo poseen los Jóvenes; para ellos no hay imposibles, no hay cansancio y lo demás es solo lentitud generacional.
“Alguna vez fuimos Juventud” y también recuerdo esa energía de 24 horas, esa movilidad y ese afán de luchar y de denunciar lo arbitrario y lo corrupto.
Parece que a este sector de la sociedad en lo que se refiere a la Nación Estadounidense, a los muchachos les llegó su momento de ser llamados y esperar con puntualidad la fecha y la cita con las leyes migratorias de este país.
Finalmente después de más de una década y media de lucha, de intentos y de llamados a los gobiernos de los partidos Demócrata y Republicano, en sus respectivos momentos en el Gobierno, por fin en la presente administración Obamista, primera en representar a la raza de color, primera en asumir la bandera Gay-lesbiana y sus derechos, así como también retar a los bancos y sus voraces tarifas.
Por fin el gobierno de Barack Obama haciendo uso de su derecho, se pronunció a favor del llamado “Dream Act” aquel que durante anos fue la esperanza y a la vez un desencanto pues nadie entendió la naturaleza de este programa de “regulación migratoria” para aquellos que nada pidieron pues nacieron en países latinos y fueron traídos a esta parte de Norteamérica, sin entender que a futuro simple y sencillamente, aun en su inocencia, engrosarían las filas de los indocumentados.
“De los llamados; pocos serán los escogidos” para acceder a esta nueva reforma que solo esta orientada para aquellos jóvenes que se han dedicado a estudiar, que no han cometido delitos y que debieron entrar a este país bajo el cobijo de sus padres en temprana edad, que mantienen sus estudios, y que nunca le han dado ningún problema al gobierno de Estados Unidos. Muchos de ellos con excelentes grados, con maestrías y doctorados y que desde hace mucho, pero mucho y no sin dejar de rezar, pidieron ser reconocidos desde el anonimato.
Desde que fue anunciado, el anhelado plan, las filas se hacen enormes en las oficinas de Inmigración de Estados Unidos, las filas no serían menos en las agencias de Latinos que sin afán de lucro se dedican a asesorar cada día a miles y miles de muchachos cuyas edades varían y que saben están dentro del rango de lo establecido y dentro de las reglas ya mencionadas.
La carga de solicitudes es inmensurable, hasta ahora y así será la carga económica en cada una de las familias que aprovechando esta oportunidad se quedarán en ascuas ante la emergencia de la necesidad. Nada de esto será gratuito y el Servicio de inmigración y Aduanas no dará plazos en el pago. Aunque no hay fecha para la finalización de este programa, si es urgente que se tomen medidas a tiempo por parte de los beneficiados, ya que El Imperio Yanqui, se encuentra en el medio de un proceso electoral que culminará en Noviembre y a como se ha presentado la “fiesta electoral” hasta ahora con puntos más o con puntos menos, no existe ganador en preferencias.
Lo cierto es que después de la fiesta viene la resaca y a eso me refería al señalar que son muchos, y en verdad son muchos los llamados, pero pocos los escogidos. Se quedarán en el letargo y en el limbo migratorio y con una buena excusa para ser deportados aquellos jóvenes que a su temprana edad truncaron sus estudios, aquellos que ya poseen un historial criminal, aunque sea el más leve, aquellos que se perdieron en las adiciones y que al desembocar en tal actitud también le niegan el derecho a su padres, de algún día ser perfectamente legales en este país.
Lo interesante de los Soñadores es que una vez más se demuestra que los cambios emergen y nacen desde el pueblo, no desde el gobierno y en ese caso seria imposición.
Los Muchachos Sonñadores se manifestaron ya desde hace varios años, pero no fue hasta el 2010 cuando lo hicieron abiertamente y a lo largo y ancho del territorio estadounidense. Ese y es precisamente ese el punto de cambio en esta nación en donde se jugaban o se juegan el pellejo más de 1.4 millones de jóvenes indocumentados (según el Pew Hispanic center), cuyo idioma y cultura es la norteamericana y nada más.
Después de la amnistía en 1986 con Ronald Reagan que se otorgó la apertura, éste será un importante cambio en que las esperanzas renacen para millones de indocumentados que esperan que, una vez, dados los pasos necesarios y a través de sus hijos, puedan acceder a la posesión de un documento que los haga legales en su estadía en este país.
Será en época electoral o no, pero se dio y bajo cualquier circunstancia no deja de ser una buena noticia para aquellos que nunca perdieron la fe, ni la esperanza y además nunca dejaron de sentirse orgullosos del país que los cobijo y al que pertenecen pues es la única cultura que reconocen y a la que pertenecen.
La lección de los Soñadores va en doble vertiente: Nunca menosprecies la opinión y actitud de la juventud cuando esta bien encaminada y fundamentada en valores y verdaderos reclamos. La segunda es que los cambios vienen desde el pueblo y al pueblo lo conformamos todos; desde infantes, adolescentes y adultos sin importar raza o sexo y menos aun preferencias sexuales.
Esta es una victoria de todos, pero que no se nos olvide que la queja aislada es de un loco, pero la queja a la voz de todos es un reclamo y no debemos desdeñarla. Los cambios se originan desde la bases y nunca las alturas fueron los ejes centrales de una nueva construcción.
Hasta la próxima y espero no sea tan larga.
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