Pigmalión

El efecto Pigmalión tiene su origen en un mito griego, donde el rey de Chipre llamado Pigmalion era un hábil escultor, que por muchos años estuvo buscando una esposa que correspondiera a la belleza perfecta que él proyectaba en su mente y en su corazón.

Pasado el tiempo le llevaron una piedra de mármol, donde él con su imaginación y su proyección comenzó a esculpir a la mujer de sus sueños que llamó Galatea, por muchos años comenzó a cincelar el gran mármol al grado de hacerla perfecta para él, cabe destacar que al pasar el tiempo él se enamoraba cada vez más, con cada cincelada podía sentir el amor hacia ella, cada centímetro de sus cabellos, sus manos, su nariz, sus labios, podía incluso sentir su aliento dulce cada que se acercaba a ella; el rey cuando dormía podía soñar que cobraba vida, el rey se sentía tan atraído y tan enamorado que no dejaba de pensar en ella en todo momento, ya que para su percepción ella era la musa más hermosa, atenta, noble, que derramaba sabiduría.

Él había creado en verdad su obra maestra en cuanto su físico y su forma de ser hacia él y hacia su mundo, podía escuchar incluso su voz.

En su desesperación y su ansia de querer que fuera real fue a visitar a la Reyna Afrodita (diosa del amor) y le suplicó que le ayudase, ella al ver su agonía y desesperación concedió su deseo.

Y es así como Galatea cobro vida y los resultados fueron exactamente como la había proyectado.

El efecto Pigmalión es el efecto de las expectativas que ponemos en alguna cosa o personas, o situaciones. Donde nuestras creencias sobre las habilidades de otra persona influyen en nuestras acciones, o las acciones de los demás.

Estas acciones tienen un impacto importante sobre nuestras creencias.

Es aquí donde entra la analogía de este fenómeno cuántas veces ponemos nuestras expectativas en personas, situaciones o cosas para que nos den el resultado que nosotros esperamos.

Según la física cuántica somos energía y lo invisible nos rige un 99% en los resultados de lo que queremos lograr y/o obtener;  ya que está regido por el subconsciente donde se instalan las creencias y todo lo que nos enseñaron en nuestras infancias y transgeneracionalmente nuestros ancestros.

Dicho esto el otro 1% está en el plano físico que se encuentra en el consiente que son todas las acciones que hacemos de una forma sistematizada donde lo que queremos lograr lo hacemos muchas veces sin resultados.

Aquí es donde nuestro entorno influye más que nuestra voluntad.

Cuantas veces proyectamos en otras personas nuestras expectativas, con una gran frustración,  porque no hay un resultado que para nosotros hubiese sido lo mejor. Ese es el origen de todo sufrimiento.

Por eso cabe mencionar que un entorno donde nos alienten a desarrollarnos como personas libres y con una autoestima sana, y límites claros eso mismo obtendremos. Aquí se puede ver mucho en nuestra relación con la pareja y nuestros hijos., con el trabajo, algún proyecto, etc.

Dile a un niño que quieres que sea y eso mismo lo verás en él; dile a tu pareja que potencial ves en él o ella, y eso mismo verás,  aquí podemos posicionarnos en alguna polaridad tanto positiva como negativa. Puedes decir algo positivo a la persona, pero sentir algo negativo por eso el 99 % es invisible.

De ahí la frase “a esta persona le siento mala vibra”, o viceversa.

Cuántas veces tenemos proyectos y ganas de emprender cosas nuevas y el ambiente tóxico nos arrastra, porque proyectan en nosotros el fracaso de lo que queremos lograr.

Cuando un niño se le etiqueta constantemente de burro, flojo, tonto, grosero, no pasará mucho tiempo donde ese niño sea un adulto así, porque así lo proyectamos.

Dile al niño que es amado, inteligente, amoroso, emprendedor, sabio, pero también con la energía de nuestros corazones y eso mismo obtendremos.

De ahí que vivimos en el plano físico lo que nuestro corazón resuene. Si tenemos pensamientos positivos respecto de las personas, el trabajo, la pareja, los hijos eso mismo veremos. Pero si tenemos esa discordancia de hablar en contrariedad de lo que nuestro corazón siente, se puede ver en el plano físico.

Aquí entra la ley del espejo, donde todo lo que vez fuera yace dentro de tu corazón.

Y termino con este ejemplo tan claro y tan hermoso; que nos deja entrever que no hay límite para creer y crear.

Carta a Nancy Elliot, madre de Tomás Alva Edison.

Cierto día cuando Edison tenia 8 años, llegó del colegio apesadumbrado, porque su maestro le había encomendado entregar una nota a sus padres. Su madre Nancy Elliot (1810-1871) la leyó bajo la atenta mirada del pequeño.

¿Qué pone? – Acabó preguntando.

Con lágrimas en los ojos Nancy leyó a su hijo el contenido de aquella brevísima misiva.

– Su hijo es un genio, esta escuela es muy pequeña y no tenemos buenos maestros para enseñarle. Por favor enséñele usted en casa.

Nancy abrazo a Thomas, y le dijo que no se preocupara que a partir de este momento se encargaría personalmente de su educación. Y eso fue exactamente lo que sucedió. Su madre no debió de hacerle nada mal, ya que Edison a la edad de 15 años comenzó a trabajar como telegrafista y un año después alumbró su primer invento un repetidor automático capaz de trasmitir señales de telégrafo entre diferentes estaciones. A estos le siguen más de mil inventos.

La Madre que había detrás del Genio.

Muchos años después de que su madre falleció, él encontró el contenido de aquella carta:

“Su hijo está mentalmente enfermo, y no podemos permitirle que venga más a la escuela”.

Edison lloró amargamente tras conocer la verdadera historia. Cuando se repuso escribió en su diario.

* “Thomas Alva Edison fue un niño mentalmente enfermo, pero gracias a la fe y proyección de su madre en que lograría grandes cosas, se convirtió en el genio del siglo”.

Aquí un claro ejemplo de este efecto, cuántas veces castramos los ideales de la gente que decimos que más amamos, o bien cuántas veces somos testigos de sus logros por haber creído en ellos.

Así que un corazón limpio y con fe, siempre será la mejor medicina para cualquier ser humano.

#efectopigmalion #espiritualidad

WEN BOTELLO / Destellos / San Luis Potosí, S.L.P. / Septiembre 13 de 2021.