A 40 kilómetros, por la carretera a Rioverde, la Sierra de Alvarez se ha convertido los fines de semana en uno de los lugares favoritos de los habitantes de la zona metropolitana de San Luis Potosí, donde los paisajes invitan a caminar por senderos verdes y otros no tanto, toda vez que es frontera ecológica natural entre el Altiplano y la Zona Media. Su principal atractivo es el microclima, fresco y alpino, que impera a lo largo del año, además, la zona ha quedado marcada por las nevadas que ha registrado la zona desde hace años.
El contraste es muy marcado para quienes vivimos en la Capital potosina, pues mientras el aire es normalmente seco en la ciudad, en esta sierra es frío y húmedo, además, la diferencia en la vegetación es marcada por los tonos de color verde.
En el ejido de San Francisco pueden visitar el Valle de los Fantasmas, el Cañón del Chivo, la Cascadita, grutas y sótanos, donde un grupo de mujeres se ha capacitado para convertirse en guías y supervisoras de la flora y la fauna del lugar.
Los fines de semana ya son obligados los días de campo, las tardeadas, las caminatas por entre innumerables veredas, los paseos a caballo y las rutas de bicicleta de montaña son una invitación natural que hay que disfrutar al máximo. Una forma de ayudar a la economía en esa zona es comprar los productos de temporada que los lugareños ofrecen sobre la carretera, venden manzanas, tunas y comida, principalmente gorditas, menudo, carnitas y asado de boda.
En la misma Sierra de Alvarez se encuentra un complejo de sótanos de gran interés para los espeleólogos. Entre ellos destaca el sótano del Puerto de los Lobos, a donde se llega sin dificultad desde el poblado de San Francisco. El tiro del sótano es de 189 metros; su elíptico diámetro mide 5 metros de largo por 8 de ancho.
Los visitantes deben recordar que es un Área Natural Protegida Federal, decretada desde el año 2000, para que, durante las visitas mantengan la zona limpia y sin ocasionar deterioro en la flora o fauna, dado que pueden provocar daños irreversibles. Hay avistamientos de pumas, a pesar que se suponía que estaban en peligro de extinción.
Un recorrido desde Los Matías (Zaragoza) hasta la Sierra, alrededor de 8 km, es uno de los favoritos de ciclistas de montaña y corredores de atletismo. Nació con el propósito de propósito de generar conciencia entre los potosinos, sobre la necesidad de conservar para las futuras generaciones uno de los principales pulmones de aire, además de las riquezas aun existentes de flora y fauna, y de esta forma, disfrutar la grandeza y encanto de este lugar.
Es necesario que en una primera visita soliciten a cualquiera de los lugareños alguna orientación sobre lo que se puede ver, hacer y descubrir, para que puedan reconocer de manera mucho más segura el área, por la cantidad de sótanos y grutas. Las personas que se han capacitado como guías en el Ejido de San Francisco insisten en evitar que sigan atacando la flora y la fauna de la zona, porque además es vulnerable de sufrir incendios forestales que son provocados porque los visitantes dejan fogatas encendidas o botellas de vidrio.
Esta franja montañosa, de ambiente boscoso y aire húmedo es un verdadero oasis dentro de la seca geografía que identifica a los alrededores de la capital potosina, cuenta con un microclima fresco-templado durante la mayor parte del año.
La gente que vive en la zona invita a los potosinos a visitar todo lo que el municipio de Zaragoza, desde la gastronomía, los vinos y mezcales y sobre todo la naturaleza, pero con responsabilidad, a fin de que quienes visiten la zona no se lleve más que recuerdos y fotos, sin dañar la naturaleza.