Estudiante mexicano participa en programa de la NASA

Yair Piña, estudiante de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), fue elegido por la NASA para participar en la misión análoga en el desierto de Utah, como parte de la tripulación latinoamericana en la Estación de Investigación del Desierto en Marte.

En Estados Unidos, además deo mexicano, trabaja gente de Canadá, Estados Unidos, Australia, Colombia, Costa Rica, Nueva Zelanda, Perú y Argentina.

“No importa que tan lejos me encuentre de México, hay momentos en la historia de mi vida que nos hace amar más que nunca a nuestra patria”, el mensaje que acompañó la fotografía compartida en las redes sociales de Piña López.

Piña López, estudiante de Física de la máxima casa de estudios, fue seleccionado por The Mars Society para integrarse a la primera tripulación latinoamericana en la Estación de Investigación del Desierto en Marte.

“Me siento feliz porque para caminar entre las estrellas primero debes aprender a caminar en la Tierra. Fui elegido por los experimentos que propuse, entre ellos un protocolo para la medición de radiación en ambientes marcianos que desarrollé aquí en la UNAM”, señaló Piña en febrero.

La misión análoga en el desierto de Utah tiene el objeto de replicar las condiciones a las que astronautas se enfrentarán en el planeta rojo a través de un hábitat, vehículos y trajes similares, según la UNAM.

“En la estación podremos conducir experimentos y probaremos todo el equipo. Esto ayuda a las agencias especiales a hacer posible el viaje a otro planeta”, explicó Piña.

“Este paso nos ayudará para enviar los globos estratosféricos que formarán parte del protocolo para medir radiación, así como radiotelescopios y dosímetros activos y pasivos en cada uno de los astronautas”, abundó.

La UNAM recordó que Piña fue aceptado en octubre de 2016 como estudiante investigador por la NASA, a través del Consejo Internacional de Educación Espacial (International Space Education Board), por su trabajo en el desarrollo de materiales con propiedades termoluminiscentes y sensores activos para la medición de radiación en el espacio.

El desierto de Utah, donde se encuentra la Mars Desert Research Station (MDRS), se caracteriza por tener un suelo semejante al que encontrarán los seres humanos en Marte: composición roja, óxido ferroso, silicatos y otros minerales.

Yair Piña, estudiante de la Facultad de Ciencias de la UNAM, afirma que “se obtuvieron unas pruebas muy pequeñas que están absorbiendo toda la radiación”. Llevará el material a la UNAM para poder estudiarlo y determinar si cumple con las propiedades termoluminiscentes, “para que los primeros humanos que lleguen a Marte y recolecten muestras del suelo marciano puedan saber cuánta radiación se ha recibido”.

Quizá como todos los que nacimos después de la llegada del hombre a la Luna, en cuanto se quita su traje con que trabaja en la misión análoga a Marte, que siempre soñó con llevar un traje espacial, un casco y un tanque. Y por supuesto, caminar con todo el equipo a cuestas. El equipo espacial es muy pesado, hay desgaste físico. Las caminatas, los recorridos en los vehículos y cuando se recolectan muestras en las colinas son, dice, una experiencia excepcional. Te ayuda “a conocer tus límites físicos y mentales”.

Toda la tripulación vive en “Marte”. Ninguno de ellos mira ese paisaje rojizo como un desierto del planeta Tierra, los protocolos de la misión análoga se cumplen rigurosamente. Las puertas del hábitat se abren sólo con el traje puesto, con el plan trazado. La tripulación sabe que sólo juntos pueden alcanzar su objetivo: encontrar las claves para sobrevivir en Marte.

Todo puede pasar. Y pasó: por ejemplo, la jornada en la que se tenía planeado usar el Rover para trasladar la cápsula Aztratos, diseñada por Yair Piña y lanzarla a la estratosfera cambió sus planes. Una tormenta (esa sí muy terrestre) impidió que la tripulación pudiera salir del Hábitat. La tormenta dejó su impronta en los caminos de acceso a la MRDS: no hay entrada para vehículos “terrestres”.

Quien quiera entrar en estos días corre el riesgo de quedar atrapado en el desierto. Arena, rocas y suelo rojizo por testigo. No hay señal de teléfono ni internet en muchos kilómetros a la redonda. La tripulación sigue al pie de la letra las órdenes de su comandante Yendri Corrales.

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