Navegando en un mar de cambios: Tasas de Interés

Darío VelázquezEs ya bien sabido que el “costo de la fiesta”, generado por la bestial manera de imprimir dinero por parte de la Reserva Federal en Estados Unidos, esto durante el par de años que duró la crisis sanitaria del Covid-19, se llama Inflación; ocurriendo simultanea y prácticamente en todo el mundo, donde los bancos centrales son responsables de mantener control sobre los niveles de inflación, pero sin descuidar el empleo y claro está, el crecimiento de sus respectivos países, una tarea nada fácil.

Lo anterior fue ocasionado principalmente, como una consecuencia del periodo donde las mismas entidades tuvieron que bajar las tasas de interés, en algunos casos, a niveles de cero en países como Estados Unidos o inclusive en terreno negativo como lo fue en Europa; esto como un plan de reacción para reactivar la economía durante y después de la Pandemia que sacudió al mundo entero, buscando esquivar caer en una recesión.

Ahora bien, realizar los cálculos para determinar qué tanto soltar (bajar tasas) y como contraparte apretar “las riendas” (subir tasas) es todo un arte, donde elementos como el rango, pero también el “timing” son cruciales para lograr el mejor resultado con las menores consecuencias negativas posibles, prácticamente siempre hay un costo que pagar.

A juicio de un servidor en Estados Unidos se tardaron al menos un par de trimestres en iniciar el ciclo de alza de tasas, que en varias publicaciones pueden identificarlo como Ciclo Restrictivo, bueno hasta en México reconocimos y actuamos antes, por parte de Banco de México, para buscar a toda costa controlar el elevado costo del dinero.

Hoy en día el escenario es exactamente el opuesto, ya que Jerome Powell, como Presidente de la FED, esquiva con gracia constantemente los cuestionamientos sobre cuando será el momento en que den por iniciado el ciclo expansivo (baja de tasas); y es que con las tasas en los niveles más altos del siglo, el Sr. Powell argumenta que ahora debemos esperar, no solo hasta que la inflación esté en sus niveles objetivo, que en caso de su país es del 2%, sino que lo haga de manera consistente y que los indicadores económicos lo respalden en igual sintonía.

Prácticamente las “esperanzas” de que las tasas comiencen a bajar con fuerza se han ido esfumando con el pasar de los meses y es que la economía Norteamericana ha resultado muy resiliente, ya no hablamos de un “aterrizaje suave”, sino que tal vez “el tren de aterrizaje” ni siquiera tenga que ser activado; datos como el pleno empleo, que se reconoce cuando en un mismo mes se generan más de 200,000 plazas nuevas de trabajo, como también el crecimiento de la economía en general le han dado la razón a Powell y al día de hoy mantiene su credibilidad, contrastando con su postura anteriormente calificada como necedad, por mantener las tasas altas por mas tiempo.

Dicho esto, ante la pregunta de si las fichas se han movido en el tablero de manera correcta, a juicio de la mayoría de los analistas, la respuesta es que “SÍ”. Ahora bien, es una realidad que las tasas de interés son la herramienta principal de la cual los mencionados bancos centrales se valen para el control del consumo, es decir, buscan mitigar que las personas mantengan un ritmo de demanda que presione la inflación, sino por el contrario incentiva a que ante niveles tan elevados de tasas, generen ahorro entre el público inversionista.

Vayamos sacando conclusiones y mientras redacto estas líneas, si bien las inflaciones mundiales aun no han llegado a los niveles objetivo, los niveles logrados nos indican que más temprano que tarde las tasas nos darán tregua, esperando que esto ocurra dentro de los próximos 12 o 18 meses.

¿Qué hacer cuando las tasas comiencen a bajar?

Como lo mencioné antes, no se espera una recesión en el país económicamente mas relevante en el mapa, al menos no para los próximos 12 meses, esto sin duda genera y reafirma oportunidades para tendencias económicas como el nearshoring, de todo un conglomerado de empresas que están relocalizando sus cadenas de producción, acercándolas a sus consumidores finales, donde países como México deben aprovechar su ubicación geográfica y adaptarse ante los nuevos requerimientos que demandarán las empresas trasnacionales.

También en materia de inversiones se comenzarán a detonar oportunidades atractivas, esto en sectores enfocados en pagar altos dividendos, como lo son las FIBRAS y Telecomunicaciones, en sectores cíclicos como los materiales (construcción- industrial) por la fortaleza en el desempeño de las materias primas, en la parte defensiva como el Consumo Básico y Salud, así mismo el sector financiero luce más que atractivo, ya que al bajar el costo del financiamiento se espera un incremento en el volumen de créditos solicitados, con todo y las mejoras tecnológicas que representa la inteligencia artificial y sus aplicaciones en todos los sectores mencionados; si buscan dinamismo en rendimiento (con su respectivo riesgo), el sector de empresas tecnológicas nuevas (Growt), que si bien por estar en etapas tempranas de su existencia y que se dedican prácticamente a “quemar efectivo” en busca de innovación necesaria para su éxito futuro, al estar en un escenario de tasas más bajas, entran en un entorno de mayor facilidad de acceso a liquidez, en algunos casos crítica para la supervivencia de este tipo de empresas.

En fin, resta aun un camino largo, pensando que la tasa neutral pudiera ser vista hasta finales del 2026 y claro esta que la vida da sorpresas, por lo que debemos estar informados de todos lo cambios que se vayan presentando, recuerden siempre que la información es poder y se requiere siempre para la mejor toma de decisiones.